Cómo Aceptar la Diversidad y la Inclusión: Una Guía para Líderes e Individuos
No hay duda de que vivimos en sociedades más diversas. Con la globalización, la inmigración (incluido el desplazamiento involuntario debido a guerras o desastres naturales) y los avances tecnológicos, ya no estamos confinados/as a nuestras fronteras culturales, étnicas o nacionales.
Los seres humanos están programados para ser parte de una tribu. Así es como nuestros antepasados se mantuvieron a salvo, obtuvieron alimento y criaron a su descendencia. Estamos programados para confiar en nuestra tribu.
Y he aquí la paradoja: necesitamos a nuestra tribu para sobrevivir y le tenemos miedo a “los otros” (¿captaron la referencia de Lost?), aquellos que no son parte de nuestra tribu, familia, comunidad o país.
El miedo está en la raíz de nuestros prejuicios, discriminación y estereotipos. Es un mecanismo de supervivencia útil cuando teníamos que luchar por recursos limitados. Pero en el mundo de abundancia de hoy, es una falla en el programa que podría obstaculizarnos significativamente en el trabajo y en la sociedad en general.
Afortunadamente, la mayoría ya no está en la jungla (aunque a veces eso no es tan evidente como me gustaría). Nuestro miedo a “los otros” está principalmente en nuestro cerebro, informado por el miedo de las personas que nos precedieron (padres, abuelos) y amplificado por personas en el poder.
¿Cómo dejamos de temer a ‘los otros’? Familiarizándonos con ellos. Una vez que los conocemos, ya no son extraños.
¿Alguna vez te has sorprendido al aprender algo sobre tus colegas más allá de su rol en el trabajo? ¿Mayor asombro aún cuando, a pesar de las aparentes diferencias, tienes más en común con esta persona que con algunos familiares o amistades?
“Creo que el odio es un sentimiento que solo puede existir donde no hay comprensión.” Tennessee Williams, dramaturgo y guionista estadounidense
Te invito a ser más intencional para familiarizarte con lo desconocido, incluyendo “los otros”, personas que representan diferentes géneros, etnias, antecedentes socioeconómicos, religión o pensamientos. En palabras de Edith Eger, “¿qué pasaría si lo desconocido pudiera hacernos sentir curiosidad en lugar de destriparnos con miedo?”
He aquí algunas sugerencias para comenzar.
1) Interésate sinceramente en otras personas
Una de las barreras más significativas para aceptar la diversidad es la ignorancia. Educarnos acerca de otras culturas, valores y formas de vida es crucial, ya que nos ayuda a comprender y apreciar las diferencias que nos hacen seres únicos.
No hay nada más refrescante que encontrar personas cálidas sinceramente interesadas y curiosas por nosotros/as.
Los seres humanos tienen un deseo intrínseco y fuerte de conectar de manera significativa.
Hay dos formas que encuentro más útiles:
a) Hacer preguntas sobre las actividades, aficiones, etc. de la otra persona. Cuando la gente muestra sus intereses, con frecuencia me encuentro diciendo “cuéntame más.”
b) Leer acerca de (y escritos por) personas con diferente origen, etnia, religión o identidad de género. Los buenos libros abren nuestra mente a una perspectiva diferente y despiertan nuestra curiosidad.
A medida que sé más sobre la otra persona, mantener el prejuicio inicial se hace más difícil.
“No me gusta ese hombre. Debo llegar a conocerlo mejor.” Abraham Lincoln, decimosexto presidente de los Estados Unidos
2) Escucha para entender, sin juzgar
Esto solía ser extremadamente difícil de hacer para mí; ahora solo es difícil. ¡Progreso!
Cuando la gente habla de algo que no está alineado con mis creencias o valores, mi primera reacción es cerrarme y comenzar a crear mi argumento de respuesta.
Entonces me recuerdo a mí misma que quiero entender. Así que respiro hondo, dejo de escribir mentalmente y hago una pregunta.
Durante la pandemia, uno de mis colegas me dijo que realmente admiraba cómo la Florida estaba lidiando con la situación al permitir que las personas decidieran por sí mismas si usarían mascarillas o no.
Pude sentir físicamente palabras de réplica burbujeando en mi garganta. Entonces escuché el susurro de mi sabio con el recordatorio de ‘escucha para entender.’ Respiré hondo y disolví las primeras burbujas.
En ese momento, mientras mi cuerpo se relajaba después de algunas respiraciones, me di cuenta de lo liberador que era dejar de juzgar, de tratar de persuadir a alguien para que cambiara de opinión.
En lugar de querer que mi colega pensara “más como yo”, respeté su perspectiva. Y en el proceso, aprendí algo nuevo sobre él: valora la libertad para tomar sus propias decisiones. Algo para tener en cuenta mientras trabajábamos juntos en tareas o proyectos.
“Es posible que todos hayamos venido en diferentes barcos, pero ahora estamos en el mismo bote.” Martin Luther King, Jr., ministro bautista estadounidense y líder del movimiento de derechos civiles
3) Haz que los demás se sientan apreciados
Todo el mundo, independientemente de la edad, origen, raza, género u orientación sexual, quiere ser visto, reconocido. Queremos sentirnos normales.
Las primeras habilidades que aprendí cuando estaba entrenando para convertirme en coach certificada fueron reconocer y validar, hacer que la otra persona se sintiera vista y normal.
Me cambió la vida. Una vez que entendí que cada reacción es normal para esa persona, mi juicio disminuyó significativamente. Mi propia experiencia solo importaba para crear empatía.
Hace unos meses uno de mis mentees me comentaba de una situación por la que estaba pasando en el trabajo que lo tenía preocupado y ansioso.
Mi respuesta podría haber sido ‘oh, no te preocupes por eso; ¡No es nada! Estás haciendo una situación grande de algo sin importancia.’ ¿Se habría sentido visto? ¿Se habría sentido normal o como la única persona en el mundo que hizo un gran problema de la nada (como un bicho raro)?
Pero cuando le dije ‘según lo que sé de ti, es comprensible y normal que te sientas así’ lo escuché exhalar aliviado. No era un bicho raro, era normal. Se sintió visto. Ahora teníamos el espacio, cerebro y energía para examinar posibles soluciones al problema.
Desde la perspectiva de la otra persona, cualquier cosa que esté haciendo o diciendo tiene mucho sentido. No importa si nosotros/as haríamos lo mismo o no. No somos ellos.
“Si uno no comprende a la persona, tiende a considerarlo un tonto.” Carl Jung, psiquiatra suizo fundador de la psicología analítica
Una cosa más antes de irte
Aceptar la diversidad no es solo lo correcto; es esencial para el éxito y la prosperidad continuos de las personas, organizaciones y la sociedad.
Los humanos son tribales; necesitamos a otros para nuestra supervivencia. Esto era cierto hace millones de años cuando deambulábamos por la jungla y es cierto hoy.
Al mismo tiempo, nos aterran aquellos/as a quienes consideramos extraños/as. La parte de supervivencia de nuestro cerebro los/as cataloga como amenazas para nosotros/as y para nuestra tribu.
Afortunadamente, podemos anular el “modo de supervivencia” de nuestro cerebro ejerciendo la curiosidad (en lugar del juicio) y la empatía. De esta forma podemos enviar rápidamente la señal a nuestro cerebro de que esa persona ya no es extraña.
La película Invictus me pareció un ejemplo inspirador de cómo unir a dos grupos distintos mediante la creación de un objetivo común y, en el proceso, hacer que se familiaricen entre sí.
Podemos crear un entorno en el que las personas se sientan bienvenidas, aceptadas.
La mayoría de nosotros/as pensamos que somos los/as únicos/as con un tipo específico de imperfección, reacción, perspectiva, que podría hacernos sentir avergonzados/as.
Cuando le decimos a alguien “tu reacción es normal, comprensible”, estamos diciendo “te veo, no eres un bicho raro, solo un ser humano.” Y eso hace toda la diferencia.
Como líderes, es nuestra responsabilidad modelar estos comportamientos y crear entornos en los que todo el mundo se sienta valorado, respetado e incluido.
¿Qué haces para familiarizarte con personas diferentes a ti? Por favor, déjanos saber en los comentarios.
Como coach de liderazgo, posibilito que el talento logre metas audaces con altos estándares. Mi misión es empoderar a mujeres poco representadas en la industria financiera en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior ejercitando la mente para lograr el máximo rendimiento, paz mental y mejores relaciones.
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