Cómo Aumentar La Tolerancia Al Estrés

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Como ya sabemos nuestro cerebro está programado para ver las amenazas primero; es así como nos mantiene con vida. Eso significa que cualquier cosa desconocida puede ser una fuente de estrés. Me asignaron un nuevo proyecto, estrés. Estoy perdida en una ciudad que visito por primera vez, estrés. Ahora debo trabajar desde casa y hacer educación en el hogar con mis hijos, estrés.

Cuando pensamos objetivamente sobre la mayoría de las situaciones en nuestras vidas, realmente no son tan abrumadoras como las percibimos, especialmente considerando las herramientas que ahora conocemos. Podemos aumentar nuestra tolerancia al estrés y tomar el control y abordar cada desafío individualmente.

En el libro The EQ Edge, los doctores Steven J. Stein y Howard E. Book definen la tolerancia al estrés como la capacidad de soportar eventos adversos y situaciones estresantes sin desarrollar síntomas físicos o emocionales, afrontando activa y positivamente el estrés.

Hay tres factores que determinan nuestro nivel de tolerancia al estrés:

a) la capacidad de elegir diferentes enfoques para manejar el estrés

b) una disposición optimista hacia nuevas experiencias y cambios

c) la sensación de que podemos controlar o influir en la situación estresante manteniendo la calma

“No es la montaña lo que te desgasta, es el grano de arena en tu zapato.” Desconocido

Si puedes responder ‘siempre’ o ‘casi siempre’ a estas afirmaciones, entonces tienes una alta tolerancia al estrés:

  • Mantengo la calma en situaciones difíciles.
  • Prospero en situaciones desafiantes.
  • Manejo el estrés sin ponerme demasiado nervioso/a.
  • Me desempeño bien bajo presión.
  • Afronto bien las situaciones estresantes.
  • Manejo bien los problemas.

Si puedes responder ‘nunca’ o ‘casi nunca’ a estas afirmaciones, entonces tienes una alta tolerancia al estrés:

  • No puedo pensar con claridad cuando estoy bajo estrés.
  • No reacciono bien ante situaciones estresantes.

Cuando dejamos que nuestras mentes entren en modo de estrés, obstaculizamos significativamente nuestra capacidad para producir soluciones creativas, elaborar un plan de acción y ver la oportunidad en el desafío que tenemos delante. Se siente como si estuviésemos caminando en la oscuridad.

Cuando usamos las herramientas a nuestra disposición para redirigir nuestra mente fuera del modo de estrés, tenemos el espacio mental y la energía para la creatividad, la acción enfocada y una mayor autoconciencia y aprendizaje. Es como encender la linterna que teníamos en la mano todo este tiempo.

Una de las cosas que he aprendido en los últimos años es reconocer cuándo estoy empezando a sentirme estresada (cuando las demandas ambientales se sienten más allá de nuestra capacidad para enfrentarlas con éxito) o abrumada (nivel extremo de estrés, una intensidad emocional y/o cognitiva que nos hace incapaces de funcionar). Y lo más importante, tomo el tiempo que necesito para manejar primero mis emociones y luego la situación en cuestión sin juzgarme débil por necesitar la pausa para reorganizarme.

Lo que descubrí es que con cada desafío aprendo algo sobre mí misma, encuentro nuevas formas de superarlo y puedo aprovechar las experiencias pasadas y los nuevos conocimientos para tomar medidas enfocadas y apropiadas.

Una de las mayores fuentes de estrés para mí es la correlación de actividades y tiempo. Cuando percibo que mi calendario está ‘lleno’, mi mente comienza a entrar en pánico y escucho que dice cosas como ‘¡es demasiado! ¿Cómo vamos a hacerlo todo? ¡¡No tenemos tiempo!!’ En ese momento, respiro hondo y me recuerdo que tengo suficiente tiempo para hacer las cosas que son importantes para mí. Doy gracias al Universo por poner tantas actividades interesantes en mi camino.

“La verdad es que el estrés no proviene de tu jefe, tus hijos, tu cónyuge, los atascos de tráfico, los problemas de salud u otras circunstancias. Viene de tus pensamientos acerca de tus circunstancias.” Desconocido

Mi clienta Celia tiene, en sus palabras, un jefe horrible. Ella encuentra a Daniel condescendiente, desagradable y demasiado concentrado en detalles sin importancia. En nuestra última sesión, la dejé desahogarse durante unos minutos (todos lo necesitamos de vez en cuando), y luego hablamos sobre sus valores y su crítico interno.

Cuando alguien nos saca de las casillas es porque esa persona va en contra de nuestros valores y/o activa nuestro crítico interno. A Celia se le prendió el bombillo. Podía ver exactamente qué valores estaban siendo ‘amenazados’ y el mensaje que su crítico interno le decía cada vez que tenía una conversación con su jefe.

Luego exploramos qué pensamientos le venían a la mente cuando ella hablaba con él. Y cómo se sentían físicamente (aumento de los latidos del corazón y de la temperatura corporal) y qué acción (o inacción) se producía como resultado: evitar la situación a toda costa, querer escapar por todos los medios necesarios.

Entonces invité a Celia a imaginarse pensando en algo más fortalecedor para ella durante su próxima interacción con Daniel. Una vez que trajera ese pensamiento, sentiría su cuerpo relajado, los latidos cardíacos normales, sin aumento de la temperatura corporal. En este nuevo escenario, las acciones potenciales resultantes podrían ir desde la curiosidad (Daniel, cuando dices X, ¿a qué te refieres?) hasta definir e implementar un plan sólido para conseguir otro trabajo.

“La mayor arma contra el estrés es nuestra capacidad de elegir un pensamiento sobre otro.” William James, filósofo estadounidense

La clave es ordenar a nuestra mente que tenga un pensamiento diferente y fortalecedor sobre la situación o el desafío en cuestión. Es simple y no fácil. Requiere práctica y es posible hacerlo.

Te invito a experimentar. La próxima vez que te encuentres lidiando con una situación o persona estresante, comienza por observar tus pensamientos y reacciones, así como también cómo se sienten en tu cuerpo. La autoconciencia es un primer paso crucial. Una vez que te das cuenta, ya no puedes dejar de darte cuenta. Y una vez que ves el estrés, pierde poder y su control sobre ti.

Cuando comiences a percibir los primeros signos de estrés, tómate el tiempo que necesites para cambiar tu perspectiva de la situación de ‘mala’, ‘negativa’ a por lo menos neutral.

Finalmente, presta atención a lo que aprendes sobre ti y los demás y lo que intentarías hacer de manera diferente la próxima vez.

Podríamos seguir caminando en la oscuridad o podríamos optar por encender la linterna aumentando nuestra tolerancia al estrés. Podemos hacerlo con la práctica, permitiéndonos elegir qué curso de acción tomaremos en lugar de rendirnos al pánico.

Este enfoque tiene múltiples beneficios para nuestra salud física, mental y emocional. Sin mencionar que seríamos un ejemplo para los demás en el trabajo, en nuestras familias y comunidades. Todos podemos utilizar una óptica más equilibrada para gestionar nuestra carga diaria de desafíos.

¿Qué haces para aumentar tu tolerancia al estrés? Por favor, déjanos saber en los comentarios.

Como coach de liderazgo, posibilito que el talento logre metas audaces con altos estándares. Mi misión es ayudar a mujeres poco representadas en la industria financiera en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior creando conciencia, aumentando la inteligencia emocional y revelando las herramientas y opciones disponibles para ellas.

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