Cómo Enfocar la Realidad
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Mi amiga Clarice me llamó la semana pasada frustrada porque su jefe le dijo que ella y su equipo se mudarían a un área diferente y que de inmediato Clarice tendría un nuevo gerente. ¿Suena familiar?
Mi amiga estaba decepcionada porque su nuevo jefe es ‘más junior’ que ella. Cuando le pregunté qué quería decir con ‘más junior’, me dijo ‘él es más joven, no sabe el tema que manejo y reporta a un par de mi jefe anterior’.
Hasta este punto, la reacción de Clarice, que es completamente normal y lo que yo y otros/as hubiéramos experimentado, es totalmente emocional. La realidad es que Clarice no conoce bien a su nuevo jefe – él puede tener más o diferente experiencia y puede haber buenas razones por las que ocupa ese puesto, incluso si es más joven que sus colegas. Clarice mostró baja prueba de realidad.
En el libro The EQ Edge, los doctores Steven J. Stein y Howard E. Book definen la prueba de realidad como la capacidad de ver las cosas objetivamente, como son, en lugar de como deseamos o tememos que sean.
Si puedes responder ‘siempre’ o ‘casi siempre’ a estas preguntas, entonces tienes alta prueba de realidad:
- Veo las situaciones como realmente son.
- Hago planes realistas para lograr mis objetivos.
- Reconozco mis propios prejuicios.
- Tengo un buen sentido de mis fortalezas y debilidades.
- Sé cuándo necesito ser más objetivo/a.
- Sé cuándo mis emociones afectan mi objetividad.
- Incluso cuando estoy molesto/a, soy consciente de lo que me está pasando.
- Tengo una buena idea de lo que pasa a mi alrededor.
Las personas con alta prueba de realidad pueden seguir siendo objetivas, estar atentas a lo que sucede a su alrededor y proporcionar una dirección clara y realista a su equipo. Al mantener a raya sus prejuicios personales, toman decisiones confiables y sensatas que la gente de la organización puede respaldar.
Como todo en la vida, queremos tener la cantidad adecuada de prueba de realidad. Poca y juzgamos a las personas muy pronto o vamos por la vida con lentes color de rosa. Demasiada y nos quedamos en nuestra zona de confort porque podemos medirla con exactitud.
Afortunadamente, la prueba de realidad, al igual que otras habilidades de inteligencia emocional, puede aprenderse, fortalecerse y afinarse.
1) Escucha tu instinto
Las emociones tienen una misión específica, que es brindarnos información sobre un evento. El análisis objetivo y los datos sólo nos llevan hasta cierto punto.
Cuando estoy decidiendo algo importante que tiene varias implicaciones, dejo tiempo para ver cómo se siente cada opción en mi cuerpo. Si opto por la opción A, ¿me siento emocionada, asustada, enojada? ¿Qué pasa con la opción B? Incorporo esas reacciones como parte del análisis general. De esta manera intento equilibrar alta prueba de realidad y la información emocional que los datos no pueden proporcionar.
“Confía siempre en tu instinto, sabe lo que tu cabeza aún no ha descubierto.” Anónimo
2) Crea una lista de hechos
El año pasado pasé por una experiencia similar a la de Clarice. Mi equipo se transfirió del mánager A al mánager B, y yo no estaba contenta. Mi reacción fue completamente emocional. La prueba de realidad me abandonó en ese momento crítico.
Fue entonces cuando decidí crear una lista de hechos como si tuviera que presentar mi reacción en la corte. Por cada cosa que escuché en radio pasillo sobre mi nuevo jefe, me pregunté si tenía evidencia directa y de primera mano de ese comportamiento específico. Para todos ellos, la respuesta fue no.
Este ejercicio también es útil cuando evaluamos a personas (en todos los aspectos de la vida) que se presentan de una manera extremadamente positiva, que todo el mundo piensa que son la última Coca-Cola del desierto, o que no son tan hábiles para hablar de sí mismos/as.
De esta manera, seleccionamos personas para roles específicos en función de sus habilidades, talentos y logros demostrados en lugar de elegir a la persona más carismática.
“Toda teoría es gris, pero el árbol dorado de la vida real brota siempre verde.” Goethe
3) Utiliza preguntas
Cuando Clarice me llamó para desahogarse sobre su situación laboral y el hecho de que su nuevo jefe era más junior, mi instinto fue guiarla con delicadeza a un lugar más centrado entre la objetividad y la subjetividad.
Le pregunté ‘¿qué quieres decir cuando dices más junior?’ La sentí dudar por unos segundos y en el tono de su voz en la respuesta pude sentir el ligero cambio hacia ese equilibrio.
Puedes hacer lo mismo con tus colegas (incluido tu jefe), familiares, amistades y contigo misma/o. Todos/as tenemos reacciones irracionales a las situaciones. En la mayoría de los eventos hay tres versiones: la nuestra, la de la otra persona y la verdad.
Haciendo preguntas podemos empezar a alejarnos de la reacción irracional, puramente emocional, a una más centrada en la que permitimos que los hechos coexistan. Algunos ejemplos son ‘¿qué quieres decir con X?’, ‘¿de qué tienes miedo en esta situación?’, ‘dame tres ejemplos de por qué crees que Alex es la mejor persona para este proyecto’, etc.
“Hay algunas personas que viven en un mundo de sueños, y hay algunas que se enfrentan a la realidad; y luego están las que convierten a unas en otras.” Desconocido
La prueba de realidad es la capacidad de no ‘convertir un grano de arena en una montaña’. Cuando surge una situación, la afrontamos lo mejor que podemos, con los recursos de los que disponemos y no nos abrumamos.
Fortalecer nuestra prueba de realidad depende de nuestra capacidad para identificar el diálogo interno irracional que distorsiona nuestros pensamientos lógicos, y disputar y debatir este diálogo interno a medida que surge.
También queremos permitir que las emociones nos ‘hablen’ para que podamos incorporar esa información junto con los datos, el análisis objetivo y la retroalimentación de los demás.
¿Cómo está tu prueba de realidad? ¿Tiendes a ver todo o casi todo como una catástrofe, vas por la vida con lentes color de rosa o estás en un punto intermedio? Por favor, déjanos saber en los comentarios.
Como coach de liderazgo, posibilito que el talento logre metas audaces con altos estándares. Mi misión es ayudar a las mujeres en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior creando conciencia, aumentando la inteligencia emocional y revelando las herramientas y opciones disponibles para ellas, para que puedan realizar y desarrollar su máximo potencial.