Cómo Tener Conversaciones Desafiantes De Manera Efectiva

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Cuando escuchamos el término conversación desafiante, ¿en qué pensamos? Pensamos en dar o recibir un mensaje que presenta el riesgo de al menos mellar, si no dañar por completo o romper la relación. Incluso antes de que tengamos la conversación, nuestro cerebro entra en modo de estrés. Esto se espera ya que la función de nuestro cerebro primario es la supervivencia. Y cuando estábamos vagando por la jungla, ser expulsados/as de la isla (o de la tribu) significaba la muerte (¡literalmente!).

Cuando aún vivía con mis padres y mi mamá me decía ‘necesito hablar contigo’, inmediatamente entraba en alerta máxima. Con una indiferencia que no sentía en ese momento, preguntaba ‘¿acerca de qué?’ y ella decía ‘te lo diré cuando hablemos’. ¡Eso era todo! Perdía el sueño, mi estómago no se calmaba, quería terminar de una vez. ¿Suena familiar? Estoy segura de que una gran parte de ustedes se estarán riendo ahora de la cantidad de energía que desperdiciamos estresándonos por nada (en la mayoría de los casos).

Y la paradoja es que la mayoría de los temas que entran en la categoría de conversaciones desafiantes no son material para romper relaciones. Por el contrario, si podemos entrenar nuestro cerebro primario y emocional para que se calmen, la relación se hará más fuerte y nosotros/as, como individuos, tendremos conocimientos adicionales y mayor conciencia.

“Las conversaciones difíciles casi nunca tratan de obtener los datos correctos. Se trata de percepciones, interpretaciones y valores contradictorios “. – Douglas Stone, Conversaciones Difíciles: Cómo Discutir Lo Que Más Importa

Aquí hay algunas técnicas a incorporar mientras navegamos conversaciones desafiantes.

1) Sé directa/o y amable

Como mensajero/a, queremos considerar el estado emocional de la otra persona y cuánta ‘presión’ puede soportar. Esto incluye nuestras habilidades para escuchar, palabras, lenguaje corporal, tono de voz, etc. Lo que es igualmente importante, queremos permitir que la otra persona guarde las apariencias, que tenga una pequeña ruta de escape.

Además, concéntrate en el comportamiento y no ataques a la persona. Y queremos ser directos/as y amables. Somos personas adultas y endulzar algo que hay que decir, sólo podría confundir el mensaje y darle menos importancia.

Por ejemplo, un/a colega hizo un comentario que te pareció ofensivo durante una reunión. El diálogo podría ser así:

Tú: Oye, ¿tienes un minuto?

Colega: Claro, ¿qué pasa?

Tú: Quería hablarte del comentario que hiciste durante la reunión de ayer de cómo algunas personas no pueden entender conceptos simples [directo]. Estoy segura de que ésta no era tu intención [muestra amabilidad sin endulzar, esta es la ruta de escape y la oportunidad para que tu colega salve las apariencias] pero sentí como si me estuvieras diciendo que no era lo suficientemente inteligente.

Colega: Tienes razón, esa no era mi intención [colega tomó la pequeña ruta de escape guardando así las apariencias] …

“No estás aprendiendo nada a menos que estés teniendo conversaciones difíciles”. Gwyneth Paltrow

2) Elige el momento adecuado

Cuando era adolescente y quería que mis padres respondieran positivamente a mi mensaje de asistir a una fiesta, lo mencionaba durante el almuerzo. Por lo general, estaban de buen humor, tenían comida en el estómago y aún no estaban tan cansados/as como al final del día. Eso significaba que mis posibilidades de ir a esa fiesta eran altas.

La mayoría de las veces podemos decidir cuándo conversar con alguien. Como mensajero/a, considera la urgencia y el momento oportuno. ¿Podría esto esperar hasta mañana por la mañana cuando estemos en mejor ánimo para dar y recibir el mensaje? ¿O es esto algo que debe abordarse ahora, a las 5:00 pm, incluso si estamos cansados/as y con hambre?

Por otro lado, a veces tener una conversación desafiante al final del día es la mejor opción. Hace varios años, uno de mis compañeros de trabajo fue despedido. Por alguna razón, su jefa decidió decírselo a las 10:00 am cuando todo el mundo estaba en la oficina. Desafortunadamente, estaban sucediendo otras cosas en su vida en ese momento y perder su trabajo fue la gota que colmó el vaso, por lo que su expresión emocional no fue la más productiva.

Esa gerente podría haber esperado hasta el final del día, cuando la mayoría de la gente ya habría estado fuera de la oficina. De esta manera, la expresión emocional de mi colega habría ocurrido frente a una audiencia mucho más pequeña.

“El verdadero arte de la conversación no es sólo decir lo correcto en el lugar correcto, sino dejar sin decir lo incorrecto en el momento tentador”. – Anónimo

3) Sufrimiento corto, larga paz mental

Una conversación desafiante, incluso una larga (o aparentemente larga) toma solo un corto período de tiempo en comparación con días, semanas, meses o años.

Volvamos al ejemplo del/a colega que dijo algo que nos pareció ofensivo durante una reunión. La conversación con esa persona duraría aproximadamente diez minutos (o tal vez menos), es decir, el 0.7% de un día.

Si decidimos no tener la conversación porque nuestro cerebro primario y emocional secuestran a nuestro cerebro sabio, tendremos la incomodidad por mucho más de 10 minutos ese día. Peor aún, nuestro/a colega podría hacer otro comentario ofensivo (para nosotros/as), probablemente sin querer. Así que ahora tenemos dos comentarios sobre los que están enconando nuestras emociones catabólicas, creando rápidamente un efecto de bola de nieve.

La próxima vez que temas tener una conversación desafiante, abre la aplicación de la calculadora en tu teléfono y haz los cálculos. Creo que podemos ‘sufrir’ por 1%, 5% o incluso 10% de malestar a cambio de volver a niveles más altos de energía anabólica y fortalecer la relación.

“Esa conversación que has estado evitando es en realidad una oportunidad de liderazgo”. – Anónimo

4) Deja espacio

Algunas conversaciones desafiantes pueden requerir permitir a la otra persona procesar sus sentimientos, respuesta y reacción. No es necesario llenar el silencio.

Aprecio que una mayoría sentimos incomodidad con el silencio y / o con la demostración emocional. Estar presente sin intentar arreglar nada es parte de ser amable.

Dependiendo de la situación, podríamos utilizar un breve respiro, como ir a buscar un vaso de agua, para permitir que la otra persona se recomponga.

“Podemos hacer un argumento razonable de que participar (bien) en conversaciones difíciles es un signo de salud en una relación”. – Douglas Stone, Conversaciones Difíciles: Cómo Discutir Lo Que Más Importa

No todas las conversaciones desafiantes pueden tener los resultados positivos e inmediatos que esperamos. En este punto de mi vida y mi carrera, sólo lamento no haber expresado algo antes o en lo absoluto.

A medida que crecemos como líderes en una organización, comunidad y / o familia, encontraremos más (no menos) oportunidades de tener conversaciones desafiantes. La mayoría de los/as destinatarios/as lo agradecerán de inmediato o más adelante.

Dar o recibir un mensaje desafiante no significa que seamos una mala persona o que seremos expulsados/as de la isla. Significa que somos seres humanos y no podemos (todavía) leer la mente de los/as demás. A veces hacemos algo que lastima a otra persona, incluso si ésa no era nuestra intención. Y queremos saberlo, para no volver a repetirlo.

Invertir un pequeño porcentaje de tiempo en una conversación desafiante a cambio de relaciones más sólidas es una decisión sabia. Todo el mundo se beneficiará a corto o largo plazo.

¿Cómo logras tener conversaciones desafiantes? ¿Qué técnica probarías primero? Por favor déjanos saber en los comentarios. Puedes escribir en español, inglés, portugués o francés.

Mi misión es ayudar a las mujeres en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior creando conciencia, aumentando la inteligencia emocional y revelando las herramientas y opciones disponibles para ellas, para que puedan realizar y desarrollar su máximo potencial.