Cuatro Formas De Manejar El Cambio

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Primero, Una Historia

Érase una vez un granjero dueño de una mula vieja que tropezó y cayó en el pozo del granjero. El granjero escuchó el rebuzno de la mula y no supo cómo rescatar al viejo animal. Le dolió no poder sacar la mula. Aunque el labrador simpatizaba con ella, reunió a sus vecinos y les contó lo sucedido. Les pidió que le ayudaran a acarrear tierra para enterrar a la mula vieja en el pozo y tranquilamente sacarla de su miseria.

Al principio, la mula estaba desconcertada, pero a medida que el granjero y sus vecinos continuaban paleando y la tierra le golpeaba la espalda, tuvo un pensamiento: debía sacudirse la tierra y dar un paso adelante. Y así lo hizo. ‘Sacúdete y da un paso adelante… sacúdete y da un paso adelante… sacúdete y da un paso adelante.’ A pesar de que recibió dolorosos golpes de tierra y luchó contra el pánico, siguió sacudiéndose y dando un paso adelante.

No pasó mucho tiempo antes de que la vieja mula llegara al borde del pozo y saliera caminando tranquilamente. Lo que podría haberla enterrado en realidad la bendijo… todo por la forma en que manejó su adversidad.

“En cualquier momento tenemos dos opciones: avanzar hacia el crecimiento o retroceder hacia la seguridad.” Abraham H. Maslow, psicólogo estadounidense

Buscando Y Encontrando el cambio

El cambio colectivo más grande y rápido que hemos experimentado en nuestra vida fue la pandemia. De la noche a la mañana entramos en cuarentena, a trabajar y aprender desde casa todo el día todos los días, y a estar aislados de cualquier persona fuera de nuestro hogar.

Dos años después, no puedo evitar preguntarme si hubiera querido saltarme el capítulo de la pandemia en mi vida. Cada uno/a de nosotros/as tuvo sus propias batallas. Que fueran grandes o pequeñas depende de nuestra perspectiva y de lo bien preparados/as (o no) que estemos.

No deseo otra pandemia o equivalente. Al mismo tiempo, los conocimientos que obtuve, lo que aprendí sobre mí y los demás no tiene precio. Saltarme ese capítulo de mi vida habría retrasado mi crecimiento personal. Así que lo conservo.

Conocemos bien esta frase: el cambio es constante. Todos los días, hay cambios en nuestros cuerpos, pensamientos, medio ambiente. Muchas veces buscamos variedad, un cambio de ritmo, algo diferente.

Otras veces, el cambio nos sucede y lo resistimos. Nos ponemos tristes o enojados/as y nuestro crítico interno dispara todo tipo de mensajes: no puedes hacer esto, es demasiado difícil. Te lo dije; ¡esto es un desastre! ¿Quién te crees que eres como para aplicar a un puesto de c-suite?

Propongo cuatro técnicas que nos permiten ceder al cambio y aprender de él.

1) Mira todas las opciones disponibles

Controlamos mucho más en nuestro entorno de lo que originalmente nos damos cuenta o admitimos.

Imagina que sales del trabajo y empieza a llover. No estás usando los zapatos adecuados; te dejaste tu paraguas en casa.

Estamos de acuerdo en que no puedes controlar si llueve o no. Sin embargo, puedes controlar cómo vas a manejar la situación en cuestión.

Hay varias opciones. Podrías hacer una pausa y quedarte adentro más tiempo hasta que pase lo peor de la lluvia. Alguien más podría tener un paraguas que te preste. Esta puede ser una oportunidad para recordar tu infancia y simplemente mojarte. O este es el momento en que te comprometes a ponerte en forma porque te diste cuenta de que no podías cruzar la calle corriendo.

El desafío es que, en ese momento, solemos alimentar a nuestro lobo malo con comentarios constantes tales como ‘¡tuvo que llover exactamente a las 5:00 p.m. y el día que olvidé mi paraguas! ¡Idiota! Nunca llegaré a casa a tiempo.’

En cambio, queremos alimentar a nuestro lobo bueno recordándonos que siempre tenemos opciones.

“El secreto del cambio es concentrar toda tu energía, no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo.” Dan Millman, escritor estadounidense de autoayuda

2) Móntate en la ola de la emoción

Ya sea que decidamos el cambio, como conseguir otro trabajo, o que el cambio nos suceda, como perder nuestro trabajo, experimentaremos emociones.

Cuando las emociones son incómodas o catabólicas (es decir, basadas en el estrés y el miedo) tendemos a evitarlas y no las procesamos correctamente.

Para regular y procesar nuestras emociones de manera productiva, piensa en ellas como una ola. Las emociones surgen en el cuerpo y eventualmente se disipan.

Mientras la emoción es alta, nos montamos en la ola. Esto significa que nos detenemos y experimentamos la emoción en lugar de huir de ella.

Por lo general, hay tres fases para montar la ola de la emoción. La primera es notarla. Para mí es más fácil empezar con cómo se siente mi cuerpo. ¿Me estoy calentando? ¿Siento la sangre corriendo por mis venas? ¿Estoy a punto de llorar?

Una vez que nos damos cuenta de lo que está pasando, la fase dos es, entonces, nombrar esa emoción o sentimiento. Me siento enojada, frustrada, decepcionada, feliz, eufórica.

La última fase es elegir una herramienta para regresar a la seguridad y tranquilidad. Por ejemplo, podemos respirar profundamente. Ir a nuestro lugar feliz y pensar en un momento específico en el que estábamos seguros/as y tranquilos/as. O mirar un video para calmar nuestros sentidos.

“El mayor descubrimiento de todos los tiempos es que las personas pueden cambiar su futuro simplemente cambiando su actitud.” Desconocido

3) Identifica oportunidades

Todo cambio trae consigo muchas oportunidades y posibilidades que de otra manera no habríamos contemplado.

Recuerdo, al principio de mi carrera, una de mis colegas que estaba al menos dos niveles por encima de mí, se fue de vacaciones por una semana. Le pedí a nuestra jefa hacer el trabajo de mi colega mientras ella no estaba. Para mi sorpresa, mi jefa estuvo de acuerdo. Entrené con mi compañera durante unos días y se fue.

Esto fue a mediados de los noventa, por lo que había dispositivos móviles limitados, sin acceso remoto… cuando estabas fuera de la oficina, estabas realmente fuera. Durante esa semana aparecieron todos los casos y personas (clientes y compañeros) difíciles. Tuve ganas de llorar todos los días de esa semana. Era mi primer trabajo serio. Estaba recién salida de la escuela secundaria. Fue el momento más desafiante de mi carrera en ese momento. Dudé de mí misma muchas veces.

En el fondo sabía que este rito de iniciación era importante. Y como fui yo quien lo pidió, sentí que no podía echarme atrás. Mi jefa fue un gran apoyo. Salí del reto con la satisfacción de haber logrado lo que en ese momento parecía ‘imposible’. Unos meses más tarde, recibí la gran noticia de que me había convertido en empleada permanente del grupo. Y así fue como empezó todo…

“Algunos cambios parecen negativos en la superficie, pero pronto te darás cuenta de que se está creando un espacio en tu vida para que surja algo nuevo.” Eckhart Tolle, escritor alemán

4) Practica la gratitud

La gratitud es una práctica poco apreciada y en muchos casos algo que hacemos automáticamente. Cuando ejercitamos la gratitud más profundamente, tiene el poder de transformarnos a nosotros/as mismos/as y a cada situación. Es mágica.

Hay muchos aspectos de la gratitud. Podemos hacerlo por temas generales, por una situación o persona específica, y podemos estar agradecidos/as de otras personas.

Mi práctica de gratitud tiene dos componentes principales. Uno es la gratitud diaria donde escribo lo que agradezco. La otra es agradecer a otras personas. Todos los viernes tengo una tarea llamada ‘enviar una nota de agradecimiento a al menos tres personas.’

Agradecer a otras personas me enseña cuánto las necesito y las quiero en mi vida. Tanto como puedo, trato de ser específica en mi nota. En lugar de decir ‘gracias por todo lo que haces’, digo ‘aprecio cuánto tiempo y preparación dedicaste a la presentación; nos ahorró mucho tiempo e hizo que nuestro equipo brillara.’

Les invito a intentar agradecer a los/as demás especialmente en el trabajo. Precaución: puede causar niveles elevados de popularidad y amor.

“Cambia la forma en que miras las cosas, y las cosas que miras cambian.” Wayne Dyer, escritor estadounidense

Antes de irte, una última palabra

El cambio es nuestra única constante. Es inevitable, a veces difícil y absolutamente necesario para el crecimiento, la evolución y el progreso. Los/as líderes intrépidos/as buscan y aceptan el cambio y alientan a sus seguidores/as a hacer lo mismo.

Resistirse al cambio no hará que desaparezca. Hay mucho bajo nuestro control, desde la elección de respirar profundamente para volver a centrarnos hasta seleccionar qué acción tomar. Podemos optar por enfocarnos en lo que estamos aprendiendo a medida que avanzamos en el ciclo de cambio.

Las percepciones sobre nosotros/as mismos/as y los/as demás que obtenemos mientras pasamos por el cambio son extraordinarias.

Buscar y aceptar el cambio es clave para el crecimiento personal y profesional, la innovación y el logro de nuestros objetivos más arriesgados y emocionantes.

Podemos ceder y adaptarnos al cambio. Incluso cuando el cambio es voluntario, como conseguir un nuevo trabajo, pareja o casa, se necesita tiempo y esfuerzo para adaptarse. Una vez que dejemos de resistirnos y lo aceptemos, atravesaremos el ciclo y obtendremos los beneficios del cambio más rápido.

¿Qué haces para ceder y adaptarte al cambio? Por favor, déjanos saber en los comentarios.

Como coach de liderazgo, posibilito que el talento logre metas audaces con altos estándares. Mi misión es ayudar a mujeres poco representadas en la industria financiera en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior ejercitando la mente para lograr el máximo rendimiento, paz mental y mejores relaciones.

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