Mi Historia De Dinero
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En 2022, el tema del dinero volvió a ocupar un lugar central, ya que me propuse este año generar ingresos pasivos (es decir, ganancias de fuentes distintas a mi empleador o contratista). Con esto en mente, mi SAR (Sistema de Activación Reticular) ha estado filtrando información relacionada con el dinero.
Así fue como me encontré con un artículo preocupante en el New York Times sobre cómo las mujeres no tienen suficiente dinero para jubilarse cómodamente. Y cómo me enteré de las citas de dinero y decidí facilitar estas conversaciones con amistades, colegas y familiares.
Me duele saber que incluso en la época en que muchas mujeres son las principales fuentes de ingresos en el hogar, todavía tenemos tan poco control, conocimiento y respeto por nuestro dinero. La realidad es que las mujeres viven más, tienen más probabilidades de ser madres solteras y son más propensas a enfrentar enfermedades que requieren atención a largo plazo. Y seguimos ganando menos que los hombres por el mismo trabajo – la brecha de ingresos es aún mayor para las mujeres de minorías.
La mayoría de nosotras/os de cierta edad no crecimos discutiendo el tema del dinero en casa. O se consideraba una conversación de ‘adultos’, nuestros padres no querían preocuparnos o simplemente no había dinero de qué hablar. Vimos a nuestros padres trabajar a cambio de un sueldo. Sabíamos que las cosas no eran gratis y que no tenían un árbol o planta cuyas hojas eran papeletas (ah, si tuviera un dólar por cada vez que escuché esa frase no tendría que preocuparme por tener suficiente para la jubilación).
¿Cuál es mi historia de dinero?
Empecé a trabajar durante los veranos cuando tenía catorce años. Me sentía rica con mi cheque – y sí, era un cheque que podía tocar (y perder si no tenía cuidado). Finalmente podía comprar cosas que eran ‘demasiado caras’ según el criterio de mi madre. Fue entonces cuando comencé a hacer la conexión entre el dinero, opciones e independencia. Esta conexión es la razón por la que decidí trabajar de manera permanente y formal mientras iba a la universidad. Quería tener mi propio dinero y no pedírselo a mis padres, porque eso significaba que tenía que pedir permiso para hacer o comprar las cosas que quería.
Aunque he estado en la industria financiera toda mi vida adulta, no fue hasta los treinta cuando miré mis ingresos y gastos ‘cara a cara’, y comencé a aprender sobre el dinero. En ese momento, no tenía fondo de emergencia, me di cuenta de que estaba gastando más de lo que ganaba (gracias a la magia de las tarjetas de crédito), y tenía un apartamento que perdió al menos la mitad de su valor después de que estalló la burbuja inmobiliaria que resultó en deber más de lo que valía mi propiedad.
Cuando vi los fríos números en blanco y negro en mi hoja de cálculo por primera vez en 2009, lloré. Me di cuenta de que había perdido tiempo y dinero y si quería seguir teniendo opciones e independencia, tendría que adoptar un enfoque completamente diferente.
¿Cómo empecé a respetar mi dinero?
Compré uno de los libros de Suze Orman, 9 Steps To Financial Freedom, donde aprendí que el dinero es una energía y no tiene ninguna bondad o maldad inherente. Todo depende del juicio que le asignemos. Y queremos respetar nuestro dinero, de forma similar a como nos respetamos a nosotras/os mismas/os, prestándole especial atención y consideración.
En ese momento me di cuenta de que había hecho otra conexión relacionada con el dinero: pensaba que tener mucho dinero significaba que perdería mi esencia como buena persona. Había tantas historias, comentarios, mensajes entre líneas de la gente y los medios que me rodeaban (no solo en casa) que presentaban a las personas con dinero como malas, que no quería tener dinero para no convertirme en una de ellas. Creía entonces en el dicho ‘el dinero es la raíz de todos los males.’
Esta toma de conciencia me quitó un gran peso de encima. El dinero significaba lo que yo quería que significara. Podía usarlo para donar a causas importantes para mí, para invertir en empresas alineadas con mis valores, para no convertirme en una carga para otras personas en mi vejez, para apoyar a artistas y empresarias/os yendo al teatro o a los museos o comprando en negocios locales.
Mirando hacia atrás, me alegro de haber tenido ese momento decisivo con mis números. Inmediatamente comencé a respetar mi dinero al crear un registro detallado de gastos, descifrar mi cheque de pago, encargarme de mis deudas y crear un fondo de emergencia.
“El respeto atrae el dinero; la falta de respeto repele el dinero.” Suze Orman, financiera estadounidense
Lo que Suze Orman había descrito en su libro acerca de recibir más una vez que comenzamos a respetar nuestro dinero me sucedió. Unos meses después de que comencé a prestar atención a mi dinero en 2009, obtuve un ascenso en el trabajo, lo que representó un aumento de sueldo sustancial. Había aprendido la lección y creado algunos hábitos financieros productivos. Usé el dinero extra para pagar mis deudas y construir mi fondo de emergencia más rápido.
Adelantemos al 2022 y así es como se ve mi panorama financiero actual.
- Tengo un fondo de emergencia que me permitiría vivir cómodamente durante un año si perdiese mi trabajo
- Aporto el máximo permitido por el IRS a mi fondo de jubilación
- Tengo inversiones fuera de mi plan de retiro
- Mis pasivos (lo que debo) representan el 1.5% de mis activos (lo que poseo)
- El valor neto es 38 veces mayor ahora que en enero de 2011
“El dinero es poder, libertad, red de protección, raíz de todos los males, suma de bendiciones.” Carl Sandburg, poeta estadounidense
El miedo a lo desconocido, enterrar la cabeza en la arena y hablar de dinero en voz baja termina ahora. Tomemos el toro por los cuernos para crear conciencia de los mensajes y emociones que nos decimos sobre el dinero, aprender los aspectos cuantitativos del mismo y generar opciones para nosotras/os y nuestras familias.
¿Qué significa para ti el dinero? Por favor, déjanos saber en los comentarios.
Como coach de liderazgo, posibilito que el talento logre metas audaces con altos estándares. Mi misión es ayudar a mujeres poco representadas en la industria financiera en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior creando conciencia, aumentando la inteligencia emocional y revelando las herramientas y opciones disponibles para ellas.
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