O Crecemos O Morimos

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Hace unos años, la empresa para la que trabajaba presentó un nuevo conjunto de habilidades de inteligencia emocional para que todo el personal lo aprendiera. Una de ellas fue la empatía. Entré en pánico. Podía sentir cómo la sensación de fracaso me envolvía. Ser empática se sentía como una tarea imposible, como si me estuvieran pidiendo que fuese otra persona.

En ese momento, tenía una definición limitada de lo que era la empatía. Pensaba que era ser sentimental, llorar si alguien más estaba llorando, y que se nacía con empatía o sin ella. Como pensaba que había nacido sin empatía me resigné a desarrollar soluciones alternas. No sabía ni creía que pudiera aprender a ser empática.

En su libro Mindsets, Carol Dweck acuñó los términos de mentalidad de crecimiento y mentalidad fija.

Una mentalidad fija cree que nuestra inteligencia y cualidades son solamente innatas. Esto crea una urgencia para probarnos a nosotros/as mismos/as una y otra vez.

Una mentalidad de crecimiento cree que nuestra inteligencia y cualidades se pueden cultivar a través de nuestros esfuerzos, estrategias y la ayuda de los demás.

Aunque tener una mentalidad fija crea la urgencia de probarnos a nosotros/as mismos/as, también nos permite una salida fácil o síndrome de bajo esfuerzo.

Al decirme a mí misma que no era empática, me estaba dando un pase gratis para ni siquiera tratar de descubrir qué era realmente la empatía, y mucho menos aprender las habilidades y practicarlas.

Una de las sorpresas para mí cuando leí el libro fue aprender que todos/as tenemos ambas mentalidades. Esto tiene mucho sentido. Sería terriblemente ineficiente que nuestro cerebro se esforzara por absolutamente todo. ¿Te imaginas cuánto tiempo, esfuerzo y energía tendré que invertir si decido dedicarme a la gimnasia olímpica?

La clave es utilizar una mentalidad de crecimiento para las cosas que son importantes para nosotras/os, aquellas que están alineadas con nuestro propósito y misión en la vida, y que nos permitirán realizar y desarrollar nuestro potencial.

¿Cómo podemos cambiar de una mentalidad fija a una mentalidad de crecimiento para lo que es importante para nosotras/os?

1) Ten cuidado con el Síndrome de Bajo Esfuerzo

El síndrome de bajo esfuerzo – o la ley del mínimo esfuerzo, como lo llama mi madre – aparece cuando las personas con una mentalidad predominantemente fija protegen sus egos del fracaso y el juicio.

Es un mecanismo de autoprotección. Si no solicito ese trabajo, nadie sabrá que no estoy calificada para liderar personal.

La otra cara de la moneda es que no intentamos descubrir nuestro potencial, lo que somos capaces de aprender, las ideas que podríamos generar. Este es un precio enorme para proteger nuestros frágiles egos.

Cuando tomamos el camino de menor resistencia para las cosas que importan, nadie gana. Perdemos la oportunidad de aprender nuevas habilidades y/o conocimientos. Nuestra organización y equipo pierden líderes con experiencia, empatía y carisma.

En el momento en que te sorprendas tratando de convencerte de no intentar algo, respira hondo y haz una pausa. Pregúntate ‘¿cuál es mi intención? Si decido no seguir con esto, ¿es porque tengo miedo de lo que otras personas puedan pensar de mí? ¿O es porque le di prioridad a otra cosa?’

“No tienes que ser genial para empezar, pero tienes que empezar para ser genial.” – Zig Ziglar, autor estadounidense

2) Cambia ‘puedo’ por ‘cómo’

Cuando te enfrentas a un nuevo desafío – tu jefe te pide que lideres un nuevo proyecto, aplicas a un trabajo más importante, estás a punto de convertirte en madre/padre por primera vez – ¿qué te preguntas? ¿Dices, ‘puedo hacer esto?’ o ‘¿cómo puedo hacer esto?’

La diferencia es solo una palabra, pero el cambio de significado es poderoso y revelador.

En el primer ejemplo, ‘¿puedo hacer esto?’, abrimos la posibilidad de no poder lograr el objetivo.

En el segundo ejemplo, ‘¿cómo puedo hacer esto?’, partimos de la premisa de que somos capaces de lograr nuestro objetivo. Es cuestión de definir cómo lo vamos a hacer.

Volviendo a mi historia sobre la empatía, tenía dos opciones: podía continuar con mi mentalidad fija y tomar el camino de menor resistencia, o podía llenarme de valor y cambiar a una mentalidad de crecimiento y preguntarme ‘¿cómo puedo desarrollar empatía?’

“Siempre parece imposible hasta que se logra.” – Nelson Mandela, expresidente de Sudáfrica

3) Elogia el esfuerzo

Esto se aplica a los elogios que le das a otras personas y a ti misma/o.

Cuando nos enfocamos en poner etiquetas a otras personas o a nosotros/as mismos/as, inconscientemente estamos creando una mentalidad fija. Cuando decimos, ‘¡eres tan inteligente!’ y no remarcamos nada sobre el proceso, estamos vinculando la actividad que estaba sucediendo con ser inteligente.

Por ejemplo, en la escuela secundaria obtuve la etiqueta de ‘inteligente’ porque podía entender Matemáticas y Ciencias. Ninguno de mis maestros y compañeros de clase mencionó el hecho de que prestaba atención absoluta a lo que se explicaba, o que ponderaba los problemas en voz alta para obtener una comprensión profunda.

Poco a poco comencé a buscar esa etiqueta positiva en otras cosas que perseguía y que no me resultaban ‘tan fáciles’.

Tenía determinación y tenacidad en la consecución de mis objetivos. Cuando las cosas no funcionaban, empujaba mi vergüenza hacia lo más profundo y fuera del camino (en lugar de procesarla). Mi crítico interno seguía gritando su mensaje de ‘no eres lo suficientemente inteligente’. Me hice la sorda (en lugar de cambiarle la descripción del puesto). No es de extrañar que estuviera agotada después de años de pasar por este ciclo.

Ahora uso un enfoque diferente en el que me concentro en el proceso, en lo que puedo hacer de manera diferente, en la milla extra.

Como elegí aprender sobre la empatía, comencé leyendo qué era la empatía y las habilidades asociadas con ésta.

En mi autoevaluación, me dije a mí misma ‘Buen trabajo leyendo esos cinco artículos sobre empatía. Veo que ahora comprendes el concepto y los diversos tipos de empatía.’

Cuando doy retroalimentación a mi equipo, ahora digo cosas como ‘¡la presentación estuvo genial! Sé cuánto tiempo y esfuerzo pusiste en ella. Veo que debes haber creado múltiples versiones. Realmente aprecio el esfuerzo adicional.’

“La persona que intenta tiene ventaja sobre la persona que desea.” – Utibe Samuel Mbom, escritora y empresaria nigeriana

4) Elige tu mentalidad

Nuestro cerebro está diseñado para hacer lo máximo con la menor cantidad de energía. Es por eso por lo que tenemos el SAR para ayudarnos a filtrar información importante para nosotras/os. O por qué apenas prestamos atención a nuestra respiración o cómo funcionan nuestros sistemas en un día normal.

Si decidimos abordar todo con una mentalidad de crecimiento todo el tiempo, estaremos tan diluidos/as que no lograremos mucho.

Está bien abordar ciertas cosas con una mentalidad fija o no realizar ciertas actividades. No me convertiré en gimnasta olímpica. Me estoy enfocando en otras metas en las que puedo usar mi tiempo y energía de manera más eficiente para crear el impacto que quiero.

Uso mi tiempo y energía para aumentar mis habilidades de empatía. He progresado desde ese momento cuando, literalmente, recibí el memo.

“La vida es una aventura atrevida o no es nada.” – Hellen Keller, escritora estadounidense

Cada uno/a de nosotros/as puede tener una mentalidad de crecimiento y usarla para descubrir nuestro propósito en la vida, crecer para alcanzar nuestro máximo potencial y sembrar semillas que beneficien a otras personas. Para todo lo demás, podemos usar nuestra mentalidad fija. Esto nos ayuda a dirigir y enfocar nuestros esfuerzos y utilizar mejor nuestro valioso tiempo y energía.

Podemos cambiar a una mentalidad de crecimiento siendo conscientes de lo que desencadena nuestra mentalidad fija y las posibilidades disponibles para nosotros/as, así como también permitiéndonos sorprendernos cuando experimentamos.

Somos capaces de cosas extraordinarias. Mira todo lo que has logrado en la última década, año o incluso mes. Algunas de ustedes han iniciado negocios que ahora son su principal fuente de ingresos. Otros han formado familias y están criando increíbles futuros ciudadanos del mundo. Tienen trabajos hoy que, hace unos años, no sabían que podrían obtener y hacer bien. Y la historia continua.

¿Qué haces para cambiar a una mentalidad de crecimiento para las cosas que te importan? Por favor, déjanos saber en los comentarios.

Como coach de liderazgo, posibilito que el talento logre metas audaces con altos estándares. Mi misión es ayudar a mujeres poco representadas en la industria financiera en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior creando conciencia, aumentando la inteligencia emocional y revelando las herramientas y opciones disponibles para ellas.

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