Para Ser la Excepción, Sigue Principios Rectores Sólidos
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En las últimas semanas he estado reflexionando sobre qué es exactamente lo que me guía cuando tomo decisiones, creo hábitos y establezco metas. Introducimos los principios rectores (guiding principles), un concepto con el que me he encontrado con frecuencia en los últimos días.
Los principios rectores (guiding principles) son preceptos que guían a una organización a lo largo de su vida en todas las circunstancias, independientemente de los cambios en sus objetivos, estrategia, tipo de trabajo o alta dirección. Son un conjunto de valores que establece un marco para el comportamiento esperado y la toma de decisiones.
“El que siempre cede el paso a los demás, terminará por no tener principios propios.” Esopo
Estos son mis principios rectores (guiding principles) que se han mantenido constantes al menos durante toda mi vida adulta. Las pocas veces que he intentado desviarme de alguno de ellos, las cosas no salieron bien.
1) Conviértete primero en lo que quieres
Cuando quise un ascenso en el trabajo, el primer consejo que recibí fue comenzar a actuar y pensar como si ya tuviera ese título (es decir, convertirme en ese nuevo título). Esta fue la forma educada de animarme a mejorar mi performance.
Empecé por permitir que la gente me ayudara. Instintivamente, supe que para lograr cosas más importantes necesitaba aprovechar el talento que me rodeaba. Me sentí extremadamente incómoda al principio. Hacer las cosas por mí misma, ser autosuficiente (que por cierto es un mito) me enorgullecía.
La primera vez que creé la visión, misión y estrategia para mi equipo, dejé que un colega me guiara a través del proceso e incluso que armara una forma estándar para mí.
Cuando le presenté a mi jefa un borrador sólido, supe de inmediato que estaba impresionada. No esperaba este enfoque y liderazgo intelectual de alguien a mi nivel. La semilla fue plantada.
“Fíjate una meta tan grande que sólo podrías alcanzarla una vez te conviertas en la persona con el poder y habilidad para hacerlo.” Anónimo
2) Haz lo que es fácil
En muchos de mis puestos anteriores, presentaba a la alta dirección al menos una vez al mes sobre los temas que mi equipo y yo cubríamos. Estaba muy familiarizada con la información y sabía quién era el contacto apropiado para cada ítem.
Antes de cada presentación, ensayaba lo que iba a decir. Incluso cómo facilitaría la reunión. Lo hacía todo el tiempo. Aun cuando conocía el material de memoria. Incluso cuando era la undécima reunión del año.
La preparación es lo fácil que hay que hacer. Es tedioso y nuestro cerebro nos dice ‘¿Por qué molestarse? Ya conoces el material; lo has estado haciendo todos los meses. ¡Revisemos el correo electrónico!’
Lo difícil hubiese sido no tener una respuesta a una pregunta que podría haber investigado antes de la reunión. O perder mi credibilidad por no mostrarme a mi mejor nivel.
“Lo que es fácil de hacer también es fácil de no hacer”. Jim Rohn
3) No hagas menos de lo mejor
Este principio específico fue inculcado por mis padres desde niña. No aceptaban el minimalismo (también conocido como mínimo esfuerzo). El resultado no es lo más importante. A veces obtenemos lo que queremos, a veces algo diferente.
La mayoría de las personas hacen lo mínimo para sobrevivir, mantener sus trabajos, aprobar el examen o pagar el alquiler. Con el avance de la tecnología y la feroz competencia, la barra es cada vez más alta.
No estoy sugiriendo la perfección, que proviene de un lugar de escasez e inseguridad. Lejos de ahí. Pero sabemos cuándo no damos o hacemos lo mejor.
Mi clienta Amanda quería ampliar su función en su empresa. Pudo haber acudido a su jefe para pedirle un ascenso o más responsabilidades. En cambio, trabajamos juntas para que Amanda pudiera traer a la mesa ideas específicas sobre proyectos que su equipo podría emprender.
Amanda pudo haber tomado la ruta ‘fácil’, la ‘ley del mínimo esfuerzo’ y sólo pedir un mayor alcance de trabajo, dándole así tarea a su gerente. Pero ella hizo lo mejor para venir con un punto de partida sólido para la conversación. Al final, su función se amplió con una combinación de proyectos que propuso y otras actividades que proporcionó su jefe.
“Haz siempre lo mejor que puedas. Lo que siembres ahora, lo cosecharás más tarde.” Og Mandino
4) Devuelve el favor (Pay it forward)
Este principio me ayudó a atravesar la difícil transición de colaboradora individual, a la gestión de personas, a la gestión de equipos. Y finalmente, a influir en los/as demás incluso cuando no tenía una posición jerárquica directa.
He recibido tanta ayuda y apoyo a lo largo de mi carrera que me llevaría días y días escribirlo todo. Y por eso siento una gran necesidad de devolver el favor hacia otras personas.
Inevitablemente aprendemos cuando enseñamos a otros. Cuando estaba en la escuela secundaria y la universidad, nunca estudié para los exámenes de Física, Matemáticas o Química. ¿Por qué? Porque instruía a mis amistades sobre esos temas. Y mientras lo hacía, reforzaba mis conocimientos.
“Cuando aprendas, enseña. Cuando recibas, da.” Maya Angelou
5) Cambia tú primero
Si desea que las cosas sean diferentes, debes comenzar por ti. No te sentirás satisfecha/o una vez que obtengas el nuevo trabajo. No serás más feliz una vez que encuentres al amor de tu vida o cuando pierdas las últimas quince libras. El cambio viene de adentro.
Tendemos a mirar hacia afuera cuando queremos un cambio. Recuerda que atraemos lo que somos. Si tan sólo mi jefe fuera más agradable, mi pareja más considerada o yo viviera en un lugar más lindo.
Tomar las riendas de nuestro propio destino es poderoso y liberador. Esto incluye nuestras acciones y perspectivas.
Mi amigo William estaba pasando por una mala racha con su pareja. Discutían todo el tiempo por lo que parecía ser pequeños desacuerdos. Fueron a terapia de pareja y después de una de las sesiones, William se inspiró para escribir algo por lo que estaba agradecido sobre su pareja todos los días.
William me dijo que, al comienzo, el ejercicio fue fácil. Me concentré en lo que era obvio. A medida que pasaban las semanas, tuve que buscar más profundamente para encontrar otras cosas positivas sobre esta persona que amo.
William tomó medidas – fue a terapia de pareja – y buscó formas de cambiar su percepción (cambio desde adentro) – decidió enfocarse en lo positivo de su pareja. Después de un par de meses, William comenzó a notar que su pareja se comportaba de manera diferente. Discutían menos; conversaban más.
Todavía están juntos y tienen una relación sólida. No sé si William compartió alguna vez su diario de gratitud con su otra mitad.
“Cambia la forma en que miras las cosas, y las cosas que miras cambian.” Dr. Wayne Dyer
Estos cinco principios me guían en todos los aspectos de la vida. No importa qué tipo de trabajo haga, las metas que tenga para el año, el mes o el trimestre, o quiénes son mis amistades.
Las pocas veces que no hice mi mejor esfuerzo o esperé a que las circunstancias externas fueran diferentes, las cosas no funcionaron en absoluto.
¿Cuáles son tus principios rectores (guiding principles)? Por favor, déjanos saber en los comentarios.
Como coach de liderazgo, posibilito que el talento logre metas audaces con altos estándares. Mi misión es ayudar a mujeres poco representadas en la industria financiera en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior creando conciencia, aumentando la inteligencia emocional y revelando las herramientas y opciones disponibles para ellas.