Transforma Relaciones Desafiantes en Relaciones Productivas: Una Guía Paso a Paso
Ahh, gente difícil… ¿Qué sería de la vida sin ellas?
Una de mis clientas, Kira, vino a la sesión para hablar sobre lo difícil que era para ella tratar con una compañera nueva. Kira consiguió un nuevo trabajo en su empresa por lo que ahora tenía una nueva socia: Lisa.
Lisa era una mujer senior en la empresa, bastante competente en su campo y, debido a su cargo, tenía un conocimiento institucional invaluable. Pero Lisa también era abrasiva, blasfemaba con frecuencia y enviaba lo que Kira consideraba correos electrónicos desagradables a los reportes directos de Kira cuando había errores.
Kira quería tener éxito en su nuevo puesto, proteger a su equipo de la negatividad de Lisa y tener a Lisa como aliada.
Cuando alguien nos saca de quicio, generalmente se debe a que la otra persona va en contra de uno de nuestros valores principales y/o activa nuestro crítico interno o gremlin que nos dice “no eres lo suficientemente ____.”
Le pregunté a Kira qué pasaba con ella cuando Lisa la sacaba de quicio. Kira explicó que uno de sus principales valores es el respeto, que evidentemente Lisa estaba violando. La otra conclusión que tuvo Kira fue que Lisa le recordaba a su madre, una mujer con un historial de adicción que se comportaba de una manera abrasiva y vulgar. Mic drop!
Los comportamientos y reacciones de las personas están fuera de nuestro control. Un elemento clave para transformar relaciones es crear conciencia sobre nosotros/as mismos/as: ¿qué valor siento que se está violando? ¿Qué mensajes me da mi gremlin cuando interactúo con esta persona? ¿Qué me recuerda este comportamiento y reacción?
En el momento en que Kira se dio cuenta de que el comportamiento de Lisa desencadenaba algo muy primitivo en ella (debido a la conducta de su madre), se relajó. ¿Por qué? Porque lo más probable es que Lisa no tuviera nada personal contra Kira. Kira estaba usando su experiencia con su madre como punto de partida para manejar su relación con Lisa.
Ahora Kira estaba lista para dar algunos pasos y cambiar su relación con Lisa. No tenían que convertirse en mejores amigas. El objetivo era crear una relación productiva y respetuosa para que ambas pudieran lograr sus objetivos en el trabajo.
Estas son algunas de las sugerencias que Kira y yo discutimos como puntos de partida.
1) Conoce a la persona
Kira solo tenía una visión superficial de Lisa: la persona que Lisa presentaba cuando trabajaba en un proyecto específico. Y viceversa. Lisa no conocía todos los obstáculos que Kira tuvo que superar para conseguir un trabajo de ese nivel.
Kira y yo discutimos la posibilidad tomar un café o almorzar con Lisa. Si no se sentía cómoda con solo ellas dos, podría pedirle a una tercera persona que las acompañase. El objetivo era charlar, conocerse más allá de los límites del proyecto que tenían juntas.
2) Aumenta el número de interacciones
En mi experiencia, familiarizarnos con alguien, ya sea por la profundidad de las conversaciones o por la cantidad de interacciones, hace que la otra persona nos resulte más tolerable. Hasta cierto punto, nos acostumbramos a ella. Y poco a poco llegamos a vislumbrar a la persona en su totalidad (no solo lo que presenta en el trabajo).
Kira sugirió tener reuniones semanales con Lisa. De esta manera, Lisa podría llevarle a Kira sus quejas sobre los errores del equipo de Kira en lugar de enviar correos electrónicos. Ambas podían actualizarse mutuamente sobre los proyectos en los que estaban trabajando.
3) Obtén la primicia
Kira y yo también exploramos pedir consejos a las personas cercanas a Lisa en el trabajo sobre cómo mejorar su interacción con Lisa.
Una palabra de advertencia: el objetivo de esta investigación no es chismear ni obtener información para dañar a la persona más adelante. El fin es encontrar una forma efectiva de interactuar con la persona, para que no la saquemos de quicio sin querer.
Kira y yo también hablamos sobre preguntarle a Lisa “¿cuáles son las tres cosas principales que nunca debo hacer o que siempre debo hacer para que esta relación sea productiva?” Igualmente, Kira preparó su propia respuesta para compartirla con Lisa.
4) Conviértete en su relacionadora pública
Uno de los mayores temores que tienen las personas en el trabajo es no ser percibidas como competentes o exitosas, o perder su estatus en el grupo, especialmente si esa persona tuvo que superar más obstáculos que la mayoría.
Si nos presentamos como un/a colega que los hará quedar bien, aumentamos las probabilidades de romper la muralla de protección.
Por supuesto, este mensaje de ‘mi objetivo es que tú y tu equipo tengan lo que necesiten y sean exitosos’ o equivalente, debe repetirse varias veces en múltiples canales (en persona, correo electrónico, en reuniones, etc.) hasta que penetre y se entienda.
Todo el mundo tiene toneladas de información en la mente, por lo que necesitamos la repetición para que el mensaje tenga sentido, se asiente y se asocie con la persona que lo transmite. Si puedes convertirlo en un eslogan, aún mejor.
Una cosa más antes de irte
Tenemos el poder de cambiar una relación de desafiante a productiva dentro y fuera del trabajo. Es cuestión de querer ver la esencia de esa persona antes de que fuera cubierta y filtrada con las dificultades y experiencias de la vida.
Queremos anular el programa predeterminado de nuestro cerebro que nos dice que, debido a que alguien no es parte de nuestra “tribu”, es “peligroso.” Al familiarizarnos con una nueva persona y generar confianza, engañamos a nuestro cerebro para que marque a esa persona como “parte de la tribu.”
A veces somos la persona desafiante. Respira hondo, mantén la calma y sigue leyendo. La autoconciencia es el primer paso para la transformación interior. Presta atención a las palabras que usas, el tono de voz, tu lenguaje corporal, lo que piensas sobre ti mismo/a, otras personas y situaciones. Practica el uso de palabras positivas: “Puedo aprender” vs. “No sé cómo hacer esto.” Sonríe. Descruza los brazos cuando estés en una reunión (a menos que seas el gorila en la puerta del club o la disco).
Unos meses después de terminar mi compromiso con Kira, recibí un correo electrónico. Ella y Lisa habían cambiado su relación. No eran mejores amigas. En cambio, había respeto mutuo. Cuando Lisa tenía una queja, hablaba directamente con Kira… y, ocasionalmente, Lisa llamaba a Kira para felicitar a su equipo. ¡Progreso!
¿Cómo haces para transformar una relación de desafiante a productiva? Por favor, déjanos saber en los comentarios.
Como coach de liderazgo, posibilito que el talento logre metas audaces con altos estándares. Mi misión es empoderar a mujeres poco representadas en la industria financiera en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior ejercitando la mente para lograr el máximo rendimiento, paz mental y mejores relaciones.
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