Cómo Hacer la Transición Después de un Ascenso: Consejos para Tener Exito en tu Nuevo Rol
Uno de los sentimientos más satisfactorios en el trabajo es cuando nos ascienden. Sentimos orgullo, una sensación de finalmente ser reconocidos/as por nuestro esfuerzo (cuando en realidad ya estábamos haciendo el trabajo). Hasta que… Nuestro jefe nos delega otras responsabilidades, las expectativas son más altas y ahora manejamos a nuestros/as compañeros/as.
Esto último puede resultar en una de dos maneras. Tus compañeros/as sienten alivio de que tendrán un/a líder que conocen, o celos porque al menos uno de ellos quería el puesto y no lo obtuvo.
He estado en ambos lados de esa ecuación. La primera vez que me ascendieron en el puesto que ya tenía, mis compañeras, que de repente se convirtieron en mis reportes directos, estaban muy contentas. Su reacción me sorprendió y me halagó.
El segundo escenario me pasó a mí. Solicité un trabajo, no lo obtuve y, en cambio, me asignaron un nuevo jefe. Ninguno de nosotros manejó la situación apropiadamente, pero hablaré por mí misma. Me dolió. Creía que estaba lista – en realidad, no lo estaba. Había dejado el alma en ese trabajo, así que no me sentí reconocida. ¡Y encima contratan a un tipo de otra empresa! Estaba enojada, herida y me tocaba enseñarle al nuevo (jefe) lo que necesitaba saber. En ese momento, sentí que la situación era injusta. Así que reaccioné como lo hace la mayoría de la gente: hice lo mínimo que pude sin meterme en problemas. Quiero creer que con el tiempo habría llegado a aceptar la situación y a verla como una oportunidad. Pero nunca lo sabré: poco después del cambio, me fui a otro departamento.
La siguiente vez que me ascendieron, recibí reacciones mixtas del equipo: algunos estaban felices de que yo fuera su nueva jefa; algunos estaban neutrales, y uno o dos reaccionaron de la forma en que lo hice cuando tuve un jefe nuevo. En ese momento me alegré de haber pasado por esa experiencia porque me dio sabiduría para no cometer los mismos errores.
¿Qué hice diferente esa última vez?
Acepta el hecho de que las relaciones deben cambiar
Este es uno de los principios más difíciles y desafiantes de adoptar, especialmente cuando estamos comenzando (nuestra carrera) o si el equipo es unido.
Ya no podemos entablar el mismo tipo de conversaciones que antes. Como jefa, ya no podemos hablar de nuestras frustraciones o desafíos con ellos. Ahora los estamos guiando, y establecemos el tono y el ejemplo. Además, hay información que en el nuevo nivel manejamos, pero no podemos divulgar.
Tenemos que reajustar los límites. Queremos mantener una relación amistosa, positiva, personal y profesional con nuestro equipo. Al mismo tiempo, somos nosotros/as quienes los evaluamos y establecemos expectativas. Hay una jerarquía y, en algún momento, es posible que tengamos que darle a alguien la noticia de que su puesto fue eliminado.
No todo el mundo entenderá, aceptará o estará de acuerdo con nuestras decisiones, y debemos encontrar una manera de sentirnos cómodos/as con eso.
Haz algo simbólico para marcar la transición
Cuando nos ascienden, generalmente hay un correo electrónico de tu jefe informándole a todo el equipo. Tal vez hay una pequeña celebración, y luego todo sigue como de costumbre.
Los seres humanos necesitan algún tipo de rito o ritual para la transición mental (y a veces física) del punto A al punto B. Tenemos grandes (y a menudo costosas) ceremonias para la transición de prometido/a a cónyuge. De estudiante a profesional. De niño/a a adulto.
El mejor consejo que recibí de uno de mis mentores cuando me ascendieron a un puesto de alto nivel que ya tenía, fue que mi trabajo ya no era el mismo.
Eso fue revelador. Antes de esa conversación, continuaba haciendo mi trabajo diario como si estuviera en mi nivel anterior. Primero tuve que internalizar que estaba en una posición diferente, compitiendo con colegas con más tiempo en esa categoría. Las expectativas de mí como líder también habían cambiado.
El rito de iniciación puede ser algo simple como usar zapatos diferentes, no asistir a ciertas reuniones (porque delegarás) o reorganizar tu escritorio.
Tu jefe/a te asignará tareas y proyectos. A su vez, comunicarás a tu equipo y/o a cada miembro individualmente las actividades que vas a transferir como parte de la transición.
Da a las personas tiempo y espacio para reajustarse
Es posible que otros miembros de tu nuevo equipo querían el trabajo que ahora tienes. Sienten que están igual o más calificados/as que tú. Dependiendo de su actitud, el síndrome del impostor podría asomar su fea cabeza.
Yo tendría cuidado de mencionar el elefante en la habitación (es decir, “sé que solicitaste el trabajo y no lo obtuviste”). Cuando no logré el ascenso que pensé que merecía, el gerente recién contratado me dijo algo similar. Su comentario me hizo sentir más enojada e impotente. Y como resultado, perdí todo interés o motivación en su éxito.
Si la persona que no consiguió el trabajo es verdaderamente talentosa, considera convertirla en tu mano derecha, de modo que, cuando cambies de puesto, ella esté lista y/o pueda ir a otra área para ese ascenso. Si tienes un interés genuino en ayudarla a tener éxito, la mayoría de las personas responderá de la misma manera.
No te tomes las cosas personalmente. Cuando una de mis amigas fue ascendida, una de sus compañeras que pasó a ser su reporte directo se molestó con el cambio. Más tarde, mi amiga descubrió que esta mujer estaba pasando por un divorcio. Ella no estaba siendo difícil porque mi amiga consiguió el trabajo; simplemente estaba abrumada con tantos cambios sucediendo a la vez.
Sé asertiva/o
He notado que a la mayoría de las personas no les gusta tomar decisiones. A menudo tienen miedo de cometer un error.
Pero tampoco les gusta quedarse fuera. Hay espacio para consultar a tu nuevo equipo, especialmente para temas complejos.
Me gusta tener una razón para mis decisiones. No como una forma de “necesito explicarme.” Lo hago para
- Expresar mi proceso de pensamiento y confirmar que no estoy pasando por alto ninguna consideración importante.
- Enseñar con el ejemplo y mostrar mi proceso de decisión, para que el equipo pueda usarlo “tal cual” o adaptarlo a su estilo en el futuro.
- Tranquilizar al equipo generando confianza demostrando que no tomo decisiones sin cuidado y que considero sus aportes.
La gente no siempre está de acuerdo conmigo, pero la mayoría de las veces pueden ver mi punto de vista y respetarlo. A menudo, ven que es justo o necesario incluso si no están de acuerdo.
Céntrate en lo que es mejor para el equipo y la organización
La gente puede oler el interés propio a una milla de distancia. Asegúrate de ser constante e implacable al mostrar que tu dirección está alineada con los objetivos, la visión y la misión generales del grupo y de la empresa.
De lo contrario, la gente percibirá que deseas utilizarlas para tu propia agenda de avance profesional. Perderás y obtendrás apoyo, pero no necesariamente de las personas que deseas.
Una cosa más antes de irte
El cambio es un desafío porque nuestro cerebro, programado para mantenernos a salvo, equipara “diferente” a “peligroso.” Cuanto más rápido podamos pasar de lo desconocido a lo familiar, más rápido engañaremos a nuestro cerebro para que acepte el cambio. Recuerda que cualquier evento es o puede convertirse en un regalo y una oportunidad, independientemente de los resultados.
Siéntete orgulloso/a de ti mismo/a y celebra este logro. Te lo has ganado. Te lo mereces. Sabes cómo aprender cosas nuevas, a quién llamar cuando tienes preguntas. Lo resolverás.
Crea abundancia para tus compañeros/as de equipo ahora que estás en una posición de tener más influencia. En cierto modo, tienes lo mejor de ambos mundos: conocimiento de primera mano de los desafíos y preocupaciones que tiene el equipo, y la posición para hacer algo al respecto. O al menos asegurar que las personas con más poder e influencia sepan a qué se enfrenta el equipo día tras día.
Tu misión como líder es influenciar las motivaciones de las personas, crear un entorno seguro y ayudar a otros a realizar y alcanzar su potencial, para que todos ustedes puedan alcanzar metas increíbles dentro y fuera del trabajo.
¿Cuál es tu experiencia con nuevos/as gerentes o cuando eres el/la nuevo/a jefe/a? Por favor, déjanos saber en los comentarios.
Como coach de liderazgo, posibilito que el talento logre metas audaces con altos estándares. Mi misión es empoderar a mujeres poco representadas en la industria financiera en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior ejercitando la mente para lograr el máximo rendimiento, paz mental y mejores relaciones.
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