Cómo Superar la Decepción: Consejos y Estrategias para Seguir Adelante
Cuando tenía diez años uno de mis sueños era viajar a Europa e ir de país en país en tren. En mi imaginación, me veía sentada en el tren mirando por la ventana y absorbiendo los paisajes idílicos de los campos españoles, la costa portuguesa, los viñedos franceses y los Alpes y lagos suizos.
Hice ese sueño realidad a los diecinueve. Viajé a Europa y fui de país en país en tren. Sí, el tren tenía ventanas, pero viajábamos principalmente de noche. La velocidad era mucho más alta de lo que imaginaba mi yo de diez años, por lo que era una vista borrosa de lo que había afuera. Durante la primera noche de París a Madrid en el tren, me tocó la litera del medio justo al frente de la ventana abierta. Me congestioné tanto que apenas recuerdo mi estancia en Madrid.
Muchas partes del viaje fueron decepcionantes porque me imaginé algo específico y la realidad fue muy diferente.
Experimentamos decepción cuando no se cumplen nuestras expectativas. Cuanto mayor sea la expectativa, mayor será la decepción. El proyecto que nos asignaron no es tan interesante. No nos resistimos al último trozo de bizcocho de chocolate tal y como habíamos visualizado. Café en mano, nos damos cuenta de que nos quedamos sin leche ese lunes por la mañana.
Puedo oírte decir ‘Gertrudis, estas son cosas pequeñas; ¿por qué estamos hablando de esto?’ Tienes razón. Si solo tuviéramos una o dos decepciones de vez en cuando, no estaría escribiendo este artículo.
Pero tenemos cientos de decepciones de todos los tamaños cada semana. Si no se les presta atención, nos quitan la energía y la motivación. Después de todo, ¿para qué molestarme si las cosas no van a ser como espero?
Categorías de decepción
Tenemos expectativas de nosotros/as mismos/as, de otras personas y de situaciones o eventos. Y donde hay expectativas hay decepción y/o arrepentimiento.
Nota: la diferencia principal entre el arrepentimiento y la decepción es que se cree que el arrepentimiento está bajo nuestro control (no obtuvimos el resultado por algo que hicimos o no hicimos). La decepción está fuera de nuestro control: los resultados no fueron los que esperaba a pesar de lo que hice o dejé de hacer.
Ponemos las expectativas más altas en nosotros/as mismos/as, por lo que experimentamos mayor auto decepción. Creemos que debemos comenzar cualquier cosa (una dieta, un plan de ahorro, búsqueda de empleo, etc.) al nivel de cinturón negro. Pocas veces nos damos la gracia de ser verdaderos principiantes.
Seamos amables en nuestro proceso. Liberémonos de tener la respuesta correcta o saber el siguiente paso exacto. En cambio, tengamos curiosidad, exploremos y experimentemos y dejemos que los resultados nos sorprendan.
“Cuando aceptamos completamente la realidad de que somos seres humanos imperfectos, propensos a cometer errores y luchar, nuestros corazones naturalmente comienzan a ablandarse.” Kristin Neff y Christopher Germer, The Transformative Effects of Mindful Self-Compassion
Cuando se trata de otras personas, el equilibrio es aún más delicado. A menudo, entramos en un círculo vicioso de expresar nuestras expectativas y necesidades, no recibir lo que esperamos de los demás, volver a comunicarlo, no obtener lo que queremos, etc. En lugar de establecer límites, cambiar nuestro enfoque o incluso abandonar la relación, terminamos aceptando relaciones mediocres de todo tipo (con familiares, amistades, colegas) que contaminan nuestra reserva de energía positiva.
Liberémonos de querer cambiar a otras personas. ¿Lo has intentado últimamente? ¡Es agotador! Paradójicamente, cuanto más estrecha es la relación, más tedioso es hacerlo. Podemos comenzar por tener empatía, compasión y amor por esa persona y su camino de vida. Esto no significa que aceptemos comportamientos que no deseamos. Cambiar nuestra perspectiva y, por lo tanto, nuestras expectativas, nos permite establecer límites, aceptar o incluso terminar la relación con una nota positiva en lugar de estar llenos de ira, frustración o tristeza.
“Si nos mantenemos lo suficientemente tranquilos y listos, encontraremos una compensación en cada decepción.” Henry David Thoreau, naturalista, ensayista y poeta estadounidense
Muchas personas están en (o cerca de) los extremos en la gama de “ver el vaso medio lleno o medio vacío”. Ambos grupos tienden a tener expectativas poco realistas de las situaciones.
Por ejemplo, los optimistas extremos piensan que la presentación será un éxito y el cliente firmará el contrato en el acto. En el lado opuesto del espectro, los pesimistas esperan que la presentación sea un desastre, que el cliente se vaya y perder la cuenta para siempre. La realidad está en algún lugar en el medio: la presentación se lleva a cabo, sale bien y el cliente se va diciendo que lo pensará porque va a escuchar otras propuestas. Tanto los pesimistas como los optimistas experimentan decepción.
“El tamaño de tu éxito se mide por la fuerza de tu deseo, el tamaño de tu sueño y cómo manejas la decepción en el camino.” Robert Kiyosaki, empresario estadounidense
¿Cómo podemos manejar las expectativas mejor?
Hay dos elementos importantes necesarios para gestionar las expectativas y, por tanto, la decepción: la curiosidad y la paciencia.
Curiosidad
La curiosidad es un fuerte deseo de saber o aprender algo.
¿Qué pasa si en lugar de esperar un resultado específico imaginamos una gama de resultados potenciales? Sí, siempre podemos sorprendernos y, por lo tanto, potencialmente decepcionarnos. Aquí es cuando encendemos nuestra curiosidad y exploración. El proceso de comprender el resultado y cómo usarlo se vuelve mucho más emocionante e interesante que el resultado en sí.
En mi proceso para obtener un peso saludable, me estanqué durante varias semanas (como todo el mundo). Estaba frustrada y decepcionada: mi expectativa era que continuaría perdiendo peso constantemente semana tras semana.
Si hubiera esperado resultados diferentes (bajar de peso, subir de peso o ni subir ni bajar de peso) no habría sentido decepción o habría sido mínima. Podría haber usado cualquier resultado para continuar con lo que estaba haciendo o modificarlo.
“La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar.” Forrest Gump
Paciencia
El segundo componente es la paciencia, la capacidad de aceptar o tolerar demoras, problemas o sufrimientos sin enfadarse ni molestarse.
La visión a largo plazo de la vida sostiene la verdad de que existe un patrón subyacente y una conexión con todas las cosas que existen y ocurren.
Se necesita tiempo para comprender, aprender y experimentar el proceso de la vida. Perdemos la esperanza y el propósito porque nos enfocamos en querer entender ahora, tener respuestas ahora, tener resultados ahora.
Cada evento y persona llega a nuestra vida para enseñarnos algo. Cuando estemos listos/as, nos daremos cuenta de esas lecciones y las agregaremos a nuestra caja de herramientas.
2020 fue el año, entre otras cosas, de constantes decepciones. Nada fue como esperábamos, especialmente al principio cuando se hizo evidente que el confinamiento iba a durar más de un par de semanas. La gente falleció prematuramente. La tecnología falló muchas veces en medio de una reunión importante. Aquellos que inicialmente pensaron ‘¡síiii, más tiempo con la familia!’ rápidamente se dieron cuenta de que la calidad es mucho más importante que la cantidad.
Mi objetivo diario es ejercitar la paciencia confiando en el proceso: lo que esté sucediendo en mi vida es porque lo necesito para algo en el futuro. O porque es parte de un plan mayor y me llevará por un camino que de otro modo no hubiera considerado.
Este video ilustra la recompensa de la paciencia: fue parte de una campaña en Alemania para motivar a la juventud a quedarse en casa durante la pandemia.
“El Universo tiene sentido.” Principio Fundamental iPEC
Una cosa más antes de irte
Todo el mundo tiene expectativas. Esto es normal, y no estoy sugiriendo que las eliminemos. Al contrario. Visualizar la meta nos da dirección y motivación. Al mismo tiempo, hay múltiples situaciones, personas y eventos que llegarán a nuestra vida sin ser invitados. Si nos aferramos a ese único camino hacia esa única meta, sufriremos.
En cambio, queremos dar la bienvenida a esos invitados inesperados con curiosidad. ¿Qué traerán y dirán? ¿Qué voy a aprender? Algunos de ellos serán tan aterradores, abrumadores o tan difíciles que sentiremos que el mundo se está acabando. Alerta de spoiler: esos son nuestros mejores maestros. Nos hacen hurgar en lo más hondo (muy hondo) de nosotros/as mismos/as en busca de esa última reserva de fuerzas (que no sabíamos que aún teníamos) para dar el siguiente paso, y luego el siguiente, y uno más.
La curiosidad y la paciencia son elementos claves para superar la decepción. Tal y como dice el proverbio “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.”
Los meses posteriores al confinamiento en 2020 parecieron eternos. Aquí estamos tres años después con lecciones que de otro modo no habríamos aprendido. Agradecidos/as por los giros y vueltas que hicimos, por las personas que conocimos en el camino.
Los resultados esperados e inesperados son (o pueden convertirse en) un regalo y una oportunidad.
¿Cómo manejas tus expectativas? Por favor, déjanos saber en los comentarios.
Como coach de liderazgo, posibilito que el talento logre metas audaces con altos estándares. Mi misión es empoderar a mujeres poco representadas en la industria financiera en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior ejercitando la mente para lograr el máximo rendimiento, paz mental y mejores relaciones.
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