Cómo Tener una Vida Satisfactoria Superando la Evasión
Cuando se trata de situaciones o personas desagradables, la mayoría prefiere evitar que confrontar. Nos volvemos pasivo-agresivos/as y hacemos cosas molestas porque no sabemos cómo expresar nuestras necesidades y sentimientos.
Lo curioso es que evitar algo no hará que desaparezca, especialmente cuando la situación y/o la persona son parte de nuestra vida.
Hay un efecto de acumulación que se produce a medida que seguimos evitando. En circunstancias extremas, esa acumulación de energía catabólica dará como resultado enfermedades en el cuerpo y la mente, así como un aumento del estrés y la ansiedad, lo que lleva a un comportamiento poco saludable desde comer exageradamente hasta el abuso de sustancias controladas.
En su libro Atlas of the Heart, Brene Brown define la evasión como no estar presente y, a menudo, gastar mucha energía zigzagueando y alejándose de eso que parece consumirnos. Puede lastimarnos a nosotros/as o a otras personas y provocar una ansiedad cada vez mayor.
Evitar situaciones, personas o emociones desagradables tiene consecuencias.
Estamos menos presentes en la vida porque nos anestesiamos con la televisión, la comida o las sustancias controladas. Oportunidades asombrosas pasan desapercibidas porque no podemos superar la incomodidad. Dejamos de construir relaciones con personas extraordinarias porque somos incapaces de expresar nuestras necesidades y límites. Es más fácil dejarles.
Para el dolor extremo como el duelo, la superación de un trauma o una adicción, hay muchos recursos si queremos dedicar el tiempo y la energía para procesarlos.
He aquí cuatro herramientas que utilizo cuando empiezo a experimentar la evitación de las situaciones cotidianas y las personas en mi vida.
“Un día se te puede escapar cuando estás evitando deliberadamente lo que se supone que debes hacer.” Bill Watterson en There’s Treasure Everywhere
1) Experimenta la incomodidad
Solía temer tener una conversación “difícil” con colegas, amistades o familiares. Cuanto más cercana era la persona, más ansiedad sentía.
Mi gremlin no dejaba de decirme que mi mensaje sería demasiado fuerte, que la otra persona no querría volver a verme porque yo era “demasiado difícil”, y que estaría sola para siempre.
¡Oh, qué precio tan alto pagué! Hace muchos años, dejé de hablar con una amiga durante casi un año porque ella hizo algo que me pareció desleal y egoísta. Elegí evitarla en lugar de expresar mis sentimientos sobre el evento. En ese momento no tenía las herramientas y me era demasiado difícil hacerlo.
Me perdí un año entero de disfrutar nuestra amistad. Y por supuesto, la relación nunca fue la misma incluso cuando la “reanudé”.
Si pudiera retroceder en el tiempo, le habría dicho cómo me sentía. Habría pasado una de dos cosas: ella se habría disculpado y habríamos profundizado nuestra amistad. O ella habría mantenido su posición sin entender lo que hizo mal y la amistad se habría enfriado. Cualquier escenario habría sido mucho más saludable que el estrés que experimenté sintiéndome frustrada y sola. ¡Vivir para aprender!
Por supuesto, hay situaciones en las que la recompensa potencial de invertir tiempo y energía no vale la pena, como cuando el desacuerdo es con un/a desconocido/a.
“A veces, la incomodidad significa que estamos al borde de un gran punto de inflexión o revelación.” Laurie E. Smith en Soul Wisdom: A Guide To Miraculous Living, Book 1
2) Cálmate
Cuando experimentamos una emoción intensa como ira, tristeza, excitación, etc. queremos esperar hasta que la intensidad disminuya antes de tomar cualquier acción. Una de mis amigas dice que nunca debemos tomar una decisión cuando estamos demasiado felices, demasiado tristes o demasiado enojados/as. Ella tiene razón. Afortunadamente, esta intensidad no dura demasiado.
Una vez pasada la fuerza de la emoción, reflexiona sobre cuál fue la causa. ¿El evento o persona fue en contra de tus valores? ¿Se activó tu gremlin?
¿Qué pensamientos tuviste? ¿Cómo te hicieron sentir físicamente? ¿Qué acción esos pensamientos y sentimientos te motivaron a hacer?
Por ejemplo, algo sucedió en el trabajo y sientes frustración. Decides salir a caminar unos minutos para calmarte.
Tu frustración ha disminuido significativamente y estás tratando de identificar qué la desencadenó. Recuerda que nuestros sentimientos son acerca de nosotros/as.
Cuando ocurrió el evento, tu primer pensamiento fue ‘si no abordamos esto, se reflejará mal en mí y en mi equipo.’ Tu corazón comenzó a latir más rápido, tu temperatura corporal aumentó, sentías la sangre en tus venas. Lo que hiciste fue tomar el control y hacer las cosas tú mismo/a para que “se hagan correctamente.”
“No puedes obligar a que el agua embravecida se calme. Tienes que dejarla en paz y dejar que vuelva a su flujo natural. Las emociones son de la misma manera.” Desconocido
3) Sé extremadamente honesto/a
Céntrate, ponte en contacto con tu sabio. Desde ese espacio de discernimiento, nombra las cosas por lo que son sin endulzar.
En el ejemplo anterior, podrías estar preocupado/a por tu desempeño porque actualmente te identificas demasiado con tu trabajo/carrera. Piensas que un bajo rendimiento significa que no eres bueno/a (como profesional o como persona).
Respira profundamente.
Queremos ser amables y completamente honestos/as con nosotros/as mismos/as. Para hacerlo, mantente en contacto con tu sabio y no permitas que tus saboteadores tomen el control. Queremos discernimiento, no juicio.
Al identificar con precisión nuestros pensamientos, aumentamos nuestra conciencia, lo que a su vez nos permite cambiar nuestros pensamientos por otros anabólicos y fortalecedores. Estos nuevos pensamientos crearían una reacción corporal diferente que resultaría en una acción decidida.
Siguiendo el ejemplo anterior, podrías cambiar tu pensamiento a ‘mi equipo y yo estamos en constante aprendizaje; podemos encontrar una forma diferente de abordar este desafío.’ Tal vez sientes que te quitas un peso de encima y/o emoción ante la posibilidad de afrontar un nuevo reto. Entonces, tu acción podría ser reunir a tus colegas para intercambiar ideas sobre posibles soluciones.
“La verdad puede doler, pero engañarte a ti mismo/a te esclavizará.” Charles F. Glassman en Brain Drain The Breakthrough That Will Change Your Life
4) Comunica expectativas
Escuché a una colega decir una vez ‘No puedo esperar verme en todo el mundo.’ ¡Muy cierto!
La mayoría de las cosas, si no todas, están en el ojo del espectador. Cada uno/a de nosotros/as juzga a los/as demás, a las situaciones y a nosotros/as mismos/as en función de lo que creemos que es bueno o malo, aceptable o inaceptable, correcto o incorrecto. Y nuestras acciones, en su mayor parte, están alineadas con nuestra forma de pensar.
Sin embargo, esperamos que otras personas conozcan automáticamente nuestra perspectiva.
A medida que trabajamos continua y consistentemente para eliminar los juicios, nos damos cuenta de lo valioso que es comunicar nuestras expectativas, especialmente a las personas más importantes para nosotros/as.
Entiende que esto no es una sola vez y ya. La mayoría necesitamos escuchar el mensaje varias veces. Solo porque me dijiste una vez en 1995 que no te gusta cuando bromeo sobre mi familia, no puedes esperar que lo recuerde ahora.
Ten en cuenta que las personas tienen la opción de cumplir con esas expectativas o no. Eso no es ni bueno ni malo, correcto o incorrecto. Es lo que es. Déjalo ir.
Ten cuidado de no imponer “tu manera” a otras personas, especialmente si tienes poder sobre ellas, como niños/as, jóvenes profesionales, personas que te reportan en el trabajo, etc.
“El problema más grande en la comunicación es la ilusión de que ha tenido lugar.” George Bernard Shaw, dramaturgo irlandés
Una cosa más antes de irte
Nuestro cerebro está programado para evitar molestias. Todo el mundo lo hace, es inevitable.
El cerebro no entiende que la incomodidad es realmente breve en comparación con el beneficio a largo plazo. Es como ir al dentista y hacerse un tratamiento de canal. El procedimiento puede tardar algunas horas. La recompensa es que estarás libre de dolor por el resto de tu vida.
Cuando te imaginas en uno, cinco o diez años mirando hacia atrás a este momento, siempre te arrepentirás de evitar y no de intentarlo. Evitar algo no hace que desaparezca. Al contrario, suele crecer y cuanto más lo evitamos más difícil se hace afrontarlo.
Al final siempre tendremos que afrontarlo. Ya sea al principio, cuando sentimos los primeros signos de dolor, o al final, cuando nos hacemos adictos/as a algo (comida, alcohol, otras sustancias) porque el dolor es insoportable.
¿Qué estás evitando actualmente? ¿Una conversación “desafiante” con alguien de tu equipo? ¿Programar esa visita de seguimiento con tu médico? Visualízate dentro de un año. ¿De qué te arrepentirías mirando hacia atrás a este momento?
El malestar es mucho mucho mucho más corto de lo que pensamos. Da un primer paso pequeño hoy. Programa la reunión con tu colega. Agrega la tarea de llamar al consultorio de tu médico a la lista oficial con un recordatorio.
Te invito a experimentar con las herramientas descritas en este artículo y minimizar futuros arrepentimientos. La recompensa son relaciones más satisfactorias, el regocijo de hacer algo fuera de tu zona de confort y mucho menos estrés y ansiedad. Prefiero decir “lo intenté, ahora lo sé” a “¿y si hubiera hecho/dicho/intentado…?”
¿Cómo te proteges de evitar? Por favor, déjanos saber en los comentarios.
Como coach de liderazgo, posibilito que el talento logre metas audaces con altos estándares. Mi misión es empoderar a mujeres poco representadas en la industria financiera en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior ejercitando la mente para lograr el máximo rendimiento, paz mental y mejores relaciones.
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