El Precio del Liderazgo: Encontrando un Propósito Más Allá de las Recompensas
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Muchos/as de nosotros/as nos encontramos en roles de liderazgo, inicialmente, debido a nuestra experiencia. Hacemos un trabajo excelente, nos promocionan y/o empezamos a manejar un equipo pequeño, luego uno más grande, y así sucesivamente. En el proceso recibimos beneficios como reconocimiento, dinero y título.
Me tomó muchos años hacer una pausa y reflexionar sobre por qué elegí continuar este camino de liderar a otros. Seamos realistas: liderar personas requiere mucho trabajo. Y con frecuencia los beneficios que recibimos tienen un precio elevado.
Nuestro propósito es crear un impacto positivo en los demás desde un lugar de amor. Una forma en la que cumplo mi propósito es influyendo en la carrera de otra persona. Teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que pasamos en el trabajo, nuestra carrera afecta profundamente nuestra vida más allá del lugar de trabajo. Al moldear positivamente la carrera de otra persona, también puedo influir en su vida personal de manera significativa.
También aspiro a ser ejemplo para los que vienen detrás en tener autoconfianza, tomar decisiones y ser la excepción, al mismo tiempo que demuestro cualidades de inteligencia emocional como la confianza, la empatía y la autenticidad.
“El ejemplo no es lo principal para influir en los demás. Es lo único.” Albert Schweitzer, médico, teólogo, músico y filósofo franco-alemán
Todos queremos y necesitamos dirección en varios aspectos de nuestras vidas. Puede que lideremos una conversión de sistema en el trabajo, pero dejamos que nuestra amiga experta en comida elija el restaurante para el brunch del domingo.
El mundo necesita desesperadamente ejemplos de liderazgo sólidos – “Si no yo, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?”
En su libro Leadershift, John C. Maxwell escribe la elección de liderar debido a los beneficios no beneficia a nadie, ni siquiera al líder. Centrarse en los beneficios no te llevará a ningún lugar que valga la pena porque la satisfacción interior profunda nunca proviene de los beneficios.
Una vez cometí el error de buscar un ascenso únicamente por el título, el reconocimiento y la ganancia financiera. Inmediatamente noté la desalineación interna. Mi satisfacción con el trabajo y las personas que me rodeaban disminuyó considerablemente. Y por supuesto, no conseguí el ascenso.
Por suerte, pude recuperarme rápidamente y realinearme una vez más con mis razones para liderar a otros.
El liderazgo exige energía mental, emocional y, a veces, física. Por esta razón, es crucial permanecer fieles a nuestros valores, motivación y propósito.
“Cualquiera puede llevar el timón cuando el mar está en calma.” Publilius Syrus, escritor latino
Según John C. Maxwell en su libro Leadershift, hay tres precios que honrar a medida que continuamos alcanzando nuestro potencial como líderes.
1) Realidad
Cualquier cosa que valga la pena lograr requiere tiempo y energía mental, emocional y física.
Debemos equilibrar tanto la esperanza como la realidad de lo que es necesario hacer. Esto es cierto para nosotros/as y para las personas a las que lideramos e influenciamos.
Cuando comencé mi carrera, me ofrecí a reemplazar por una semana a una colega durante sus vacaciones. Esto fue a mediados de los noventa, por lo que no había trabajo remoto; cuando la gente estaba fuera de la ciudad, era difícil comunicarse con ellas.
Todos los escenarios desafiantes posibles sucedieron esa semana. Tenía tan poca experiencia y me sentía tan abrumada que casi lloraba todos los días.
Con el apoyo de mi jefa y mi creencia interna de que lo iba a lograr, seguí adelante y terminé la semana. Podría haberle dicho a mi jefa “No puedo hacer esto; por favor, dile a alguien más.” Ahora estoy segura de que, si lo hubiera hecho, esto habría estado en mi lista de arrepentimientos.
Fue la interacción de la realidad (fue difícil de hacer) y la esperanza (creí que lograría llegar al otro lado) lo que me permitió apretarme los pantalones y encarar cada reto esa semana.
Esa experiencia me impulsó a otros desafíos y proyectos y me hizo destacar entre la multitud.
“El precio de la grandeza es responsabilidad.” Winston Churchill, estadista, soldado y escritor británico
2) Ejemplo
Ser el ejemplo a menudo implica aventurarse primero en un territorio desconocido. Las personas gravitan hacia líderes que actúan y forjan caminos antes que nadie. Es más fácil seguir un camino que construirlo.
Construir un nuevo camino, siendo el ejemplo, no es nada fácil. Muchas veces tenemos ganas de holgazanear, procrastinar, de querer que alguien más se encargue de las cosas por una vez en la vida. Quizás tengamos miedo de adentrarnos en lo desconocido. Después de todo, somos humanos.
Aquí es donde nuestra autoconfianza, nuestras propias expectativas y compromisos son esenciales para evitar permanecer por inercia en lo que nos resulta cómodo y familiar.
Una de mis amigas quería involucrarse más en Diversidad, Equidad e Inclusión en su empresa. A los pocos meses de asumir su puesto en Ventas, se dio cuenta de que los empleados hispanos/latinos no tenían su propia red de empleados. Impulsada por su pasión, tomó la iniciativa de establecer la red de empleados hispanos/latinos y la dirigió durante el primer año. Gracias a su dedicación, habilidades y capacidad para dar ejemplo, pasó con éxito de Ventas a administrar programas en DEI.
“La gerencia es hacer las cosas bien; el liderazgo es hacer lo correcto.” Peter F. Drucker, consultor empresarial estadounidense
3) Constancia
Mantener la constancia es una de las tareas más arduas para nosotros/as.
Nos desanimamos porque queremos ver resultados instantáneos. Sin embargo, cualquier cosa que valga la pena lograr en la vida requiere esfuerzo y acción constantes a lo largo del tiempo.
Podemos perder peso en 30 días, pero necesitamos constancia para no recuperarlo. Puede que nos enamoremos a primera vista, pero necesitamos constancia para construir una relación sólida, amorosa y duradera. Es posible que consigamos concretar la entrevista de inmediato y obtener una oferta de trabajo en el acto, pero necesitamos constancia para desempeñar bien nuestro papel y crecer en la empresa.
Según John C. Maxwell, tener constancia proporciona seguridad a los demás, establece nuestra reputación y multiplica nuestras acciones.
Ten en cuenta estos beneficios siempre que sientas la tentación de darte por vencido/a y desviarte de tu propósito. Al hacerlo, reunirás la motivación necesaria para perseverar en tu camino, incluso cuando los resultados inmediatos no sean evidentes.
“Los líderes no nacen, se hacen. Y se hacen como cualquier otra cosa, con mucho trabajo. Y ese es el precio que tendremos que pagar para lograr ese objetivo, o cualquier objetivo.” Vince Lombardi, jugador de fútbol americano, entrenador y ejecutivo
Una cosa más antes de irte
Liderar con propósito a menudo requiere dejar de lado cosas, personas y actividades que ya no se alinean con él. Por ejemplo, si queremos que nuestro hogar adopte un estilo de vida saludable, es posible que debamos limitar la cantidad de fiestas de pizza que organizamos o a las que asistimos.
Cambiar nuestras rutinas y restringir el tiempo con determinadas personas (en la vida real o virtualmente) puede parecer un sacrificio importante. Esto es nuestro cerebro resistiéndose al cambio para mantenernos “seguros.”
Alinear nuestro liderazgo con nuestro propósito es un sacrificio que vale la pena hacer. Con el tiempo, nos encontraremos en paz y fluidez y atraeremos abundancia. Nuestros nuevos hábitos, rutinas, actividades y asociaciones se convertirán en nuestra nueva normalidad y ya no serán un sacrificio.
Cuando nuestras palabras y acciones están sincronizadas y cuando reflejan nuestro propósito general, la vida se vuelve más plena. Experimentamos menos ansiedad sobre el futuro y más equilibrio entre el ser y el hacer. Con el tiempo, estar en un estado de tranquilidad y fluidez se convierte en algo natural y frecuente.
¿Cómo puedes honrar los tres precios en tu camino de liderazgo? Por favor, déjanos saber en los comentarios.
Como coach de liderazgo, posibilito que el talento logre metas audaces con altos estándares. Mi misión es empoderar a mujeres poco representadas en la industria financiera en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior ejercitando la mente para lograr el máximo rendimiento, paz mental y mejores relaciones.
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