Introducción a los Siete Niveles de Energía
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¿Preferirías hablar frente a una audiencia o ante un extraño en una fiesta? ¿Prefieres viajar en avión o en tren? ¿Preferirías trabajar para una nueva empresa o hacer un cambio interno? ¿Prefieres decir no a la pizza o a una hamburguesa?
Cada uno/a de nosotros/as tiene varios niveles de comodidad con las situaciones que encontramos en la vida. Para algunas personas, solo pensar en cualquiera de las opciones en mis preguntas anteriores pondría sus niveles de estrés por las nubes.
Para una de mis compañeras de trabajo la idea de subirse a un avión le parece lo peor que le puede suceder a un ser humano. Su miedo es visible y si seguimos hablando de ello, necesita un momento para recuperar la compostura. Mi amigo Jaime, por otro lado, es capitán en una de las principales aerolíneas. Para él volar es algo que hace, literalmente, todos los días. Mismo avión, misma situación, dos personas diferentes, dos respuestas diferentes al estrés.
Cada uno/a de nosotros/as ve el mundo a través de un conjunto específico de lentes y filtros basados en nuestras experiencias y la influencia de las personas y el mundo que nos rodea. Nuestra ética de trabajo, nuestros pensamientos sobre el dinero, la familia, el ocio, la religión, etc. se basan en nuestra perspectiva. Nada está completamente mal o completamente bien.
Nuestros filtros nos ayudan a alcanzar el éxito, y también pueden ser limitantes o crear tensión. Estos filtros afectan nuestras reacciones y respuestas a situaciones y personas en todos los aspectos de la vida.
El desafío es que nuestros pensamientos crean nuestras emociones, que a su vez crean nuestras acciones (o la falta de ellas). Si pensamos que algo está mal, sentiremos miedo, ira o tristeza, y lucharemos o huiremos.
Dos tipos de energía
Bruce Schneider, fundador del Institute for Professional Excellence in Coaching (iPEC) diseñó una evaluación y un marco donde las perspectivas (también llamadas energía) se clasifican en una de dos categorías: energía catabólica o anabólica.
La energía catabólica es una fuerza destructiva y ‘demoledora’ asociada con el estrés.
Cuando alguien percibe una situación como estresante, el cerebro crea hormonas catabólicas como la adrenalina y el cortisol. Estas hormonas descomponen las células y los tejidos del cuerpo y proporcionan energía para superar el estrés.
Si bien las personas piensan que pueden trabajar de manera efectiva bajo estrés, el impacto a largo plazo es extenuante, conduce al agotamiento y disminuye el desempeño y la satisfacción.
Cuando experimentamos estrés y no lo sobrepasamos rápidamente, es difícil mirar más allá del factor estresante y ver una imagen más amplia de la situación y el regalo y la oportunidad que brinda.
La energía anabólica, por otro lado, es una fuerza constructiva y de ‘forjar’ asociada con menos estrés.
Cuando no estamos bajo estrés, nuestro cerebro le dice al cuerpo que libere hormonas anabólicas diseñadas para restaurar y optimizar los sistemas del cuerpo. Es más fácil concentrarse en las soluciones, aprovechar la creatividad y experimentar una visión más completa y consciente de las situaciones.
Cuanto menos juicio y miedo tengamos sobre nosotros/as mismos/as, otras personas y situaciones, más podemos acceder a nuestra energía anabólica.
Los siete niveles de energía
En este marco, hay siete niveles de energía (o perspectivas) que van de menos a más estrés. Estas energías caen a lo largo de un continuo de 1 a 7 que va desde el nivel más bajo de conciencia en el nivel 1 hasta el nivel más alto de conciencia en el nivel 7.
Todos/as tenemos los siete niveles. La diferencia de una persona a otra es cuánto tenemos de cada nivel con y sin un factor estresante.
Cada nivel de energía tiene asociado un pensamiento, una emoción y una acción.
Nivel 1 – víctima, apatía, letargo
Nivel 2 – conflicto, ira, desafío
Nivel 3 – responsabilidad, perdón, cooperación
Nivel 4 – preocupación, compasión, servicio
Nivel 5 – reconciliación, paz, aceptación
Nivel 6 – síntesis, alegría, sabiduría
Nivel 7 – no juicio, pasión absoluta, creación
¿Cómo sé cuánto de cada nivel tengo?
Bruce Schneider, fundador del Institute for Professional Excellence in Coaching (iPEC) diseñó una evaluación llamada Energy Leadership™ Index (ELI), que mide nuestra combinación actual de niveles de energía catabólica y anabólica.
Como ELI Master Practitioner, puedo administrar la evaluación y examinar los resultados en profundidad para
- aumentar tu conciencia para comprender mejor los factores de cada nivel de energía,
- ayudarte a acceder a niveles más altos de energía anabólica con mayor frecuencia, y
- liberar el factor estresante real o percibido mucho más rápido.
Esto te dará poder para
- alcanzar esas metas que has estado postergando por miedo,
- tener una mayor satisfacción en todos los aspectos de la vida, como las finanzas, las relaciones, balance dentro y fuera del trabajo, etc., y
- mejorar tus habilidades y actitudes para ser un líder más eficaz.
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Una cosa más antes de irte
Todos/as tenemos un conjunto de filtros que se ha creado en función de nuestras experiencias, los mensajes que recibimos de las personas que nos rodean y la influencia del mundo. Esto ha generado nuestras creencias limitantes e inspiradoras. Todas son válidas desde nuestra perspectiva – después de todo, es nuestro punto de vista con el conocimiento limitado que tenemos actualmente.
Nuestros pensamientos, o mejor aún, nuestro juez y sus opiniones sobre nosotros/as mismos/as, otras personas y situaciones crean nuestras emociones. Si pienso que algo es malo, inaceptable o feo, puedo sentirme enojada, triste o desilusionada. Por otro lado, si pienso que algo es bueno, hermoso y sorprendente, puedo sentirme feliz, emocionada y curiosa.
Todas las acciones (o la falta de ellas) están impulsadas por nuestras emociones. Incluso los/as más racionales entre nosotros/as actúan basados en al menos una emoción. Comienza con un pensamiento, que luego desencadena una emoción, que a su vez da como resultado una acción específica (o la falta de ella).
A medida que cambiamos hacia la perspectiva del sabio, podemos superar el estrés mucho más rápido y volver a nuestro centro y sabiduría. Esto nos permite estar en energía anabólica por más tiempo, así como acceder a los niveles más altos de energía (niveles 6 y 7) con mayor frecuencia.
Con la práctica, el diálogo interno, el autocontrol y otras herramientas y músculos mentales, aumentamos nuestra capacidad para aprovechar nuestro yo superior y acceder a nuestra creatividad e intuición a voluntad. Como resultado, continuamente alcanzamos y aumentamos nuestro potencial haciendo posible lo imposible.
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Mirando el cuadro de autopercepción energética, ¿qué nivel de energía crees que es más alto para ti? Por favor, déjanos saber en los comentarios.
Fuentes: The Institute for Professional Excellence in Coaching (iPEC); Positive Intelligence
Como coach de liderazgo, posibilito que el talento logre metas audaces con altos estándares. Mi misión es empoderar a mujeres poco representadas en la industria financiera en la transición de puestos de liderazgo de nivel medio a superior ejercitando la mente para lograr el máximo rendimiento, paz mental y mejores relaciones.
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